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martes, 10 de mayo de 2016

Catecismo del Sagrado Corazón de Jesús


Catequesis para niños: Catecismo del Sagrado Corazón de Jesús

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Contenido

La devoción al Sagrado Corazón de Jesús en los primeros siglos

La Devoción al Sagrado Corazón de Jesús nació en el mismo Monte Calvario como uno de los más preciados frutos del árbol de la Cruz, del que dice un himno litúrgico “no hay selva que produzca otro igual en lozanía, en flor o en fruto” (Himno de Laudes de la Santa Cruz). “Uno de los soldados le abrió el costado con su lanza, y al punto salió sangre y agua” Comentando este texto de San Juan Evangelista exclama admirado San Agustín: “¡Qué palabra más adecuada usa el Evangelista!”
Pues no dice que el soldado golpeó o hirió el costado, sino que lo abrió para manifestar que así quedaba abierta aquella puerta de vida de donde dimanan los Sacramentos y todas las gracias.” Honda impresión dejó en la primitiva Iglesia el recuerdo de la sangre y agua brotadas del costado de Cristo. Ya en los toscos grabados de las catacumbas se observan las piadosas miradas fijas en el costado del Salvador.

Capítulo I: La devoción al Sagrado Corazón de Jesús

1.¿A quién designamos con las palabras: Sagrado Corazón de Jesús?
Con las palabras: Sagrado Corazón de Jesús designamos a Jesucristo nuestro Señor, considerado, adorado y alabado en su amor divino y humano, manifestado, y simbolizado por su Corazón de carne, su Corazón real.
2 ¿Cuál es el objeto final y definitivo de la Devoción al Sagrado Corazón de Jesús?
Es la persona única y divina de Jesucristo: Jesucristo en su integridad, amabilísimo y amantísimo. Porque la honra que tributamos a una cualidad o a una parte de una persona va dirigida, a la misma persona. Así, cuando besamos el anillo episcopal es al Obispo a quien honramos y no a su mano.
3-¿Cuál es el objeto concreto de la devoción al Sagrado Corazón?
Es el Corazón de carne del Hombre Dios, órgano propulsor de su sangre, y que sigue latiendo en el divino pecho de Jesús glorioso, en el Cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.
4.- ¿Cuál es su objeto profundo y último?
Es el amor de Jesucristo nuestro Señor, amor humano y amor divino.
5.- ¿Cuáles son las más insignes manifestaciones del amor de Jesús a los hombres?
El amor de Jesús a los hombres se manifestó maravillosamente en todos los actos de su Encarnación, de su Vida y de su Redención. Pueden sintetizarse en tres, palabras: la Cuna, el Calvario y el Altar.
6. ¿Hasta dónde se extiende el amor de Jesús?
El amor de Cristo se extiende a todos los hombres, a todos los tiempos y a todos los lugares. Impulsado por él se rebajó el Verbo hasta la naturaleza humana, y se anonadó hasta la muerte, la muerte horrible y afrentosa de la Cruz. Por él fuimos encumbrados hasta la dignidad de hijos adoptivos de Dios con derecho a gozar de su misma gloria.
7. ¿Cómo se expresaba San Pablo al encarecer la grandeza del amor de Jesús para los hombres?
Decía a los de Éfeso: «Doblo mis rodillas ante el Padre de Nuestro Señor Jesucristo... para que podáis comprender con todos los santos, cuál es la anchura y la largura, la sublimidad y la hondura de la caridad de Cristo.»
Santa Gertrudis la Grande
Nació esta privilegiada del Sagrado Corazón el 6 de enero de 1256. Niña de cinco años, ingresó en el monasterio benedictino de Helfta, cerca de Eisleben (Sajonia), donde Martín Lutero había de ver la luz. Toda su vida se deslizó tranquila en la serenidad del claustro, donde murió de un éxtasis de amor a la edad de cuarenta y seis años.
Escritora tan insigne como elevada mística, fue escogida como confidente y mensajera del divino Corazón. La página más interesante de sus revelaciones es, sin duda, aquella en que relata 1a visión célebre en la que vio perfilarse los destinos futuros de la devoción al Corazón sagrado. Ocurrió el día de la fiesta de San Juan Evangelista, como la primera aparición a Santa Margarita.
Como la Santa se entregara por entero a los impulsos de su devoción durante el rezo de los Maitines, se le apareció el discípulo predilecto de Jesús colmándola de demostraciones de amistad.
Dijo Gertrudis:
-¿Qué gracia podría conseguir yo, ruin criatura, en vuestra amabilísima fiesta?
- Ven conmigo -contestó San Juan- ya que eres la elegida del Señor, y juntos descansemos en el amoroso pecho de Jesús, que encierra los tesoros de toda dicha. Y, tomándola consigo, la llevó junto a nuestro Salvador, dejándola a su derecha mientras él se situaba a la izquierda.
Luego, señalándole el pecho del Salvador, añadió el santo Evangelista:
- Éste es el Santo de los santos, que atrae hacia El todo el bien del cielo y de la tierra. Yo te he colocado junto a la llaga para que pudieras saborear más a gusto la suavidad y el consuelo que, derrama el amor divino sobre cuantos lo desean.
Y como la Santa experimentara inefable deleite al percibir los dulcísimos latidos del Sagrado Corazón, hubo de preguntar a San Juan: - Decidme, predilecto del Señor, estos latidos que ahora me embelesan ¿no os causaron celestial dulzura cuando reclinabais la frente en el pecho de Jesús durante la última Cena? - Es cierto -repuso el Apóstol-, y mi alma quedó embebida por su suavidad como un bocado de pan tierno queda endulzado por la miel más exquisita.
- Siendo esto así - repuso la Santa -, ¿por qué fue tan riguroso vuestro silencio hasta el punto de no escribir una sola palabra que nos lo diese a entender, con gran provecho de nuestras almas?
- La misión que se me confió - dijo San Juan- fue la de escribir, con destino a la Iglesia primitiva, unos breves conceptos acerca del Verbo increado; conceptos suficientes para satisfacer las ansias de verdad del humano linaje, que jamás llegará a comprenderlos plenamente.
En cuanto a la suavidad de estos latidos, quedaba reservado el conocerla a estos últimos tiempos, a fin de que el mundo, entumecido por la edad, recobre algún calor de amor divino al oír la revelación de tan altos misterios.
Comentario: ¿No es ésta la devoción al Sagrado Corazón en su más pura esencia y en su porvenir, vaticinado con tres siglos de anticipación? ¿Quién no descubre al leer estas líneas las misteriosas afinidades, que existen entre la gran mística benedictina y la vidente de Paray-le-Monial? Tal vez no podamos llamar a Gertrudis apóstol del Sagrado Corazón, pero sí hemos de proclamarla su mensajera, su profetisa, su amante embelesada.

Capítulo II: Lo que simboliza el Corazón de Jesús

1. ¿Qué se entiende por símbolo?
Símbolo es la expresión sensible de una realidad invisible. Así, la bandera es el símbolo de la patria; la azucena, de la pureza; el cordero, de la mansedumbre.
2. ¿Es muy frecuente el uso de los símbolos?
Sí, el empleo de los símbolos es muy frecuente y sumamente fecundo. Así la bandera, símbolo de la patria, evoca todo un mundo de sentimientos elevados; las esculturas de nuestras catedrales prestan forma sensible a los más profundos conceptos teológicos; y los ritos de la Iglesia: sacramentos, consagraciones, bendiciones de las cosas sagradas, repletos de simbolismo, hablan elocuentemente a nuestros corazones.
3. ¿Qué simboliza generalmente el corazón?
Todos los lenguajes humanos: el popular, el artístico, el filosófico, y hasta el lenguaje divino de la Escritura, han visto en el corazón el símbolo del amor. Así solemos decir: hombre de corazón, hombre sin corazón; y la Sagrada Escritura abunda en expresiones como éstas: “Mi corazón se estremeció; se dilató mi corazón; mi corazón se ha vuelto como cera derretida.”
4. ¿Por qué es tan universal el tomar el corazón por símbolo del amor?
Por ser el órgano en el que más repercuten los afectos del hombre: el dolor le oprime y hasta puede suspender su funcionamiento; el amor hace que palpite más aceleradamente, lo cual demuestra una relación estrecha e indiscutible entre los movimientos del corazón y nuestros afectos.
5. ¿Cómo sabemos que el Corazón de Jesús y su amor son el objeto propio de esta devoción?
1° Por la enseñanza de la Iglesia: «En el Sagrado Corazón, dice el Papa León XIII en su Encíclica Annum sacrum, encontraréis el símbolo y la imagen sensible de la caridad infinita de Jesucristo.»
2º Por las mismas palabras de Jesucristo a Santa Margarita María: «Aquí tienes este Corazón que tanto amó a los hombres.»

6. ¿Cómo quiso acrecentar Jesucristo la elocuencia de este símbolo?
Por las insignias de que se dignó rodear su Corazón santísimo: la Cruz, la corona de espinas, las llamas, la llaga del costado y las gotas de sangre y agua.
7. ¿Qué significa la Cruz?
La Cruz enclavada en el centro del Sacratísimo Corazón nos dice la grandeza de su amor que le movió a sufrir una afrentosa muerte para redimirnos.
8. ¿Qué enseñanza nos ofrece?
Nos enseña que hemos de llevar una vida de sacrificio si queremos ser discípulos fieles del Sagrado Corazón.
9. ¿Qué simboliza la corona de espinas?
La corona de espinas que ciñe el Sagrado Corazón simboliza las humillaciones de que fue saturado Jesús por amor nuestro. Y nos advierte que la corona de gloria que esperamos en el cielo ha de labrarse en esta vida con espinas de humillaciones y desprecios.
10. ¿Qué más simboliza?
Simboliza además las punzadas que le inferimos con nuestras faltas, singularmente con los pecados veniales.
11. ¿Qué representan las llamas?
Las llamas que salen de este Corazón adorable representan el fuego de amor vivo que le consume, con el que anhela abrasar a todos los corazones.
12. ¿Qué significa la llaga?
La llaga del costado, abierta por la punta de hierro, nos pinta a lo vivo el gesto abominable del hombre que incurre en pecado mortal. También significa, en frase de San Agustín, que el divino Corazón ha querido permanecer abierto para servirnos de refugio en vida y en la hora de la muerte.
13. ¿Qué expresan las gotas de sangre y agua?
Son figura de los dos grandes Sacramentos de la Iglesia: el Bautismo y la Eucaristía.Representan asimismo las gracias inagotables prometidas por el Corazón de Jesús a sus devotos.

Santa Margarita María

Nació Margarita en Verosvres, pueblecito de aquella Borgoña tan fecunda en santos y en hombres ilustres. Desde sus más tiernos años la previno Jesucristo nuestro Señor con sus gracias de predilección: cierto instinto de recato virginal por el que se conservó nítida su inocencia; un amor filial a la Santísima Virgen, a quien se consagró por voto; una devoción intensa al Santísimo Sacramento del Altar, ante el cuál permanecía absorta sin que jamás experimentase cansancio; y, sobre todo, el obsequio más regalado que suele ofrecer a sus escogidos: el sufrimiento.
En efecto, pronto se le murió el padre, y habiéndose despojado su madre de toda, autoridad para trasmitirla a unos tutores, de tal forma la ejercieron, que madre e hija se vieron sumidas en el más penoso cautiverio.
“No teníamos poder alguno en nuestra casa, refiere la Santa, nada podíamos hacer sin permiso; todo estaba cerrado con llave, hasta el punto de no encontrar a veces con qué vestirme para ir a misa... Desde entonces enderecé todos mis afectos hacia el Santísimo Sacramento del Altar. Pero, hallándome en un pueblo distante de la iglesia, no podía ir sin el beneplácito de ambos tutores, y sucedía a veces que cuando uno quería el otro se oponía. Y si, a impulsos de mi dolor, daba rienda suelta a mis lágrimas, me echaban en cara que tendría alguna cita que trataba de encubrir con el pretexto de la misa... No sabiendo dónde refugiarme, me ocultaba en algún rincón de la huerta o del establo. Allí permanecía días enteros, sin más alimento o bebida que algo de leche o fruta que me ofrecían al atardecer los aldeanos compasivos. Pero la más áspera de mis cruces era el no poder endulzar las de mi madre, para mí cien veces más duras de soportar que las propias.»
Así quiso cercar el divino Maestro con las espinas de la tribulación el jardín en el que había de poner sus delicias, protegiendo a Margarita contra las solicitaciones del mundo y contra cierta vanidad femenina que tal vez la hubiese desviado del estrecho camino de la virtud.
Así dio comienzo a la obra de desasimiento y de purificación que la habían de hacer instrumento apto para una de las más maravillosas revelaciones que el Señor se ha dignado hacer a los hombres.

Capítulo III: Fin de la devoción al Sagrado Corazón

1. ¿Cuál es el fin de la devoción al Sagrado Corazón?
El fin de la devoción al Sagrado Corazón es devolver a Jesús amor por amor y reparar los ultrajes que recibe de tantos pecadores, especialmente en el Santísimo Sacramento del Altar.
2. ¿Cómo lo sabemos?
1º Por las palabras del Sagrado Corazón a Santa Margarita María: “Si supieras cuánto anhelo ser amado de los hombres, nada descuidarías para lograrlo... Estoy sediento, me consumo en deseos de ser amado.» (Carta al P. Croiset.)
2° Por la enseñanza de la Iglesia. En su carta encíclica del 28 de junio de 1889 dice el papa León XIII: «Jesús no tiene deseo más ardiente que ver prender en las almas el fuego de amor que devora su propio Corazón. Acudamos, pues, a Aquel que nos pide, a cambio de su caridad, la reciprocidad de nuestro amor.»
3. Algunos motivos propios para excitarnos a amar al Corazón de Jesús Pueden señalarse entre los principales:
1° Su excelencia;
2°, el amor infinito que nos demuestra;
3°, el ardiente deseo que manifiesta de ser amado.
4. ¿En qué estriba la excelencia del Corazón de Jesús?
Estriba en que, en virtud de la unión de la naturaleza humana con la naturaleza divina en una sola persona - la segunda de la Santísima Trinidad-, el Corazón de Jesús es el Corazón de un Dios; sus actos y operaciones son asumidos por el Hijo de Dios; por lo tanto, son de valor y mérito infinitos.
5. Siendo esto así, ¿no podía habernos redimido con una sola gota de su sangre?
Ciertamente una gota de la preciosísima sangre de Jesús era suficiente para redimir, no ya este mundo, sino mil más; pero nuestro divino Salvador quiso darnos una prueba definitiva de la inmensidad de su amor derramando por nosotros hasta la última gota de sangre que quedaba en su Corazón.
6. ¿Qué títulos del Divino Corazón nos urgen a amarle?
  • El Corazón de Jesús es el Padre bondadosísimo que nos engendró a la vida de la gracia para hacernos partícipes de su eterna gloria.
  • Es el Buen Pastor que apacienta a sus ovejas con el Pan de su Cuerpo y el de sus divinas enseñanzas; que dio su vida por librarlas de la muerte eterna, y que, con sus silbidos amorosos, las guía por el sendero del Cielo.
  • Es nuestro mejor Amigo, a quien podemos acudir con entera confianza, pues no nos ha de abandonar ni en vida ni en muerte.
  • Es nuestro poderoso Abogado y Mediador que intercede de continuo por nos­otros ante su eterno Padre y ofrece las riquezas infinitas de su oración a la miseria de las nuestras.
7. ¿No es muy justo que devolvamos amor por amor al Corazón de Jesús?
Sí, es cosa tan sublime el amor, que sólo puede pagarse amando. Es, pues, estricta justicia que correspondamos con las gotitas de amor de que es capaz nuestro corazón al océano infinito de amor que nos brinda el Corazón de Jesús.
8.- ¿Cómo demostraremos que nuestro amor a Jesús es real?
a) Por el cumplimiento fidelísimo de los mandamientos de Dios y de la Iglesia y de nuestro deber de estado.
b) Por la práctica de las virtudes cristianas, singularmente de las preferidas del Corazón de Jesús: la mansedumbre, la humildad y la obediencia.
c) Por la abnegación y el sacrificio; por ejemplo: privándonos de un gusto o aceptando con resignación los sufrimientos y las cruces que nos envía la Providencia.
9. ¿Cómo fomentaremos en nuestra alma el amor al divino Corazón?
1. Pidiéndoselo a Jesús como la gracia de las gracias.
2. Por un conocimiento cada vez más íntimo de la adorable persona del Salvador, adquirido en la lectura asidua del Evangelio o de sus comentarios.
3. Visitándole con frecuencia en el Sacramento del Altar porque, como dice la Imitación, ¿quién se acerca a una gran hoguera sin recibir algún calor?
4. Multiplicando los actos de amor.
10. ¿Qué fórmulas de actos de amor son muy del agrado del divino Corazón?
  • Amado sea por doquier el Sagrado Corazón de Jesús. (Indulgencia de 300 días.)
Corazón de Jesús, abrasado en amor nuestro, inflama nuestro corazón en tu amor. (Indulgencia de 300 días.)
  • Corazón de Jesús, en Vos confío.
  • Sagrado Corazón de Jesús, creo en tu amor para conmigo.
  • Dulce Corazón de Jesús, sed mi amor. (Indulgencia de 300 días.)

Santa Margarita, su vida religiosa

A la edad de veinticuatro años, ingresó Margarita en el monasterio de la Visitación de Paray. Ávida de perfección, pidió a su maestra que le enseñase sus caminos. “Id, respondió ésta, a poneros de1ante de Dios como lienzo blanco ante el pintor.” Lo hizo así, y le dio a entender el divino Maestro que El quería reproducir en su alma la imagen de su vida terrestre cuyos rasgos más salientes serían el amor a Dios y el amor a la Cruz.
Pronto se la vio entregarse con ardor a las austeridades de la más áspera penitencia. «Sólo el dolor, exclamaba, hace mi vida llevadera.» Y a impulsos de su vehemente amor a la cruz amargaba con ceniza el alimento que le servían, pasaba hasta cincuenta días sin probar bebida alguna, cubría su lecho con cascos de vajilla...
¡Oh sublimes locuras del divino amor que admiramos sin llegar a comprenderlas! Por esta, abnegación total de sí mismos los Santos realizan maravillosas ascensiones hasta consumar su unión con el Corazón de Jesús, mientras que nosotros prudentes según la carne, tildamos de exageraciones cuanto excede la pobreza de nuestros conceptos y nos arrastramos penosamente por los senderos de la virtud. Fueron suficientes tres años de esta formación para que Margarita María se convirtiera en instrumento apto para la trascendental misión que Jesús le reservaba: la de ser Evangelista del nuevo Evangelio de amor de su Sagrado Corazón. Iba a sonar la hora de las grandes revelaciones.

Capítulo IV: La Reparación

1. ¿Cómo han correspondido los hombres al amor del Corazón de Jesús?
No ha encontrado el Corazón de Jesús la debida correspondencia a las excesivas pruebas de su amor. Fría indiferencia en muchos, desprecio en otros y no falta quien le profese verdadero odio.
2. ¿Ha formulado Jesús alguna queja a este propósito?
Entre las muchas que formuló en sus apariciones a Santa Margarita María, ocupa lugar preferente la de la memorable aparición del 16 de junio de 1675 con estas palabras: «Aquí tienes este Corazón que tanto ha amado a los hombres que nada ha perdonado hasta agotarse y consumirse para testimoniarles su amor, y que, en pago de su bondad, no recibe de los más sino desprecios, irreverencias, sacrilegios y olvidos de que me hacen objeto en este Sacramento de amor...»
3. ¿Cómo sabemos que la reparación es uno de los fines principales de la devoción al Corazón de Jesús?
Nos lo garantizan plenamente la enseñanza de la Iglesia y las revelaciones de la vidente de Paray.
4. ¿Qué nos dice la Iglesia acerca de la reparación?
En la carta encíclica de Pío XI Miserentissimus Redemptor, del 8 de mayo de 1928, leemos los siguientes párrafos: “Y en verdad el espíritu de expiación y de reparación en el culto al Sagrado Corazón de Jesús tiene la primacía y la parte más principal, ni hay nada tan conforme con el origen, virtud, industrias propias de esta devoción, como la historia y la tradición, la sagrada liturgia y las actas de los Pontífices lo confirman.”
5. ¿Qué dice al mismo propósito Santa Margarita María?
Dice lo siguiente: «El Sagrado Corazón pide almas reparadoras que le devuelvan amor por amor e imploren humildemente el perdón de Dios por todas las injurias que recibe.»
6.¿Cuáles son los principales actos de reparación que recomendó el Señor a su sierva?
Fue el primero que todos los jueves, de once a doce de la noche, permaneciera en oración, postrada en tierra, en memoria de su mortal agonía en el Huerto de los Olivos.
Fue el segundo que el viernes inmediatamente posterior a la octava del Corpus se celebrara una fiesta en honor de su Sagrado Corazón, comulgando en dicho día y ofreciendo un acto de desagravio por los pecados de los hombres.
7. ¿Cómo cumplió Santa Margarita los deseos de Nuestro Señor?
Con admirable fidelidad: su vida toda fue una serie continua de sufrimientos que ofrecía amorosamente al Salvador en reparación de las iniquidades de la tierra.
8. ¿Qué hemos de hacer para desagraviar y consolar al Corazón de Jesús?
Los principales medios a nuestro alcance son:
1° Hacer con frecuencia la comunión reparadora.
2° Ofrecerle reiterados actos de desagravio, especialmente ante el Sacramento del Altar.
3° Llevar una vida de sacrificio en expiación de la sensual y profana de tantos cristianos.
9. ¿Cómo podrán estos actos de reparación consolar a Cristo?
Nos lo dice Pío XI en la encíclica Miserentissimus Redemptor: «Del mismo modo que por nuestros pecados futuros, pero previstos, el alma de Cristo Jesús estuvo triste hasta la muerte, así recibiría sin duda algún consuelo de nuestra reparación, futura, pero prevista, cuando el Ángel del cielo se le apareció para consolarle.»


10. ¿Qué es la comunión reparadora?
Es sencillamente una comunión hecha con la intención de reparar las ofensas que recibe el divino Corazón de parte de los pecadores y desagraviarle por ellas. Hemos de ofrecer especial reparación por los pecados propios, por los ultrajes inferidos a Jesús en la Sagrada Eucaristía, por los que recibe de los malos católicos y más todavía de las personas consagradas a su santo servicio.

La grandes revelaciones

Tres son las principales y acaecieron en el decurso de dos años aproximadamente. Ocurrió la primera el 27 de diciembre de 1673, fiesta del Discípulo Amado. Estaba Margarita en el coro bajo en presencia de su Amor sacramentado, cuando, perdiendo conciencia de sí misma y de cuanto la rodeaba, se sintió como engolfada en la divina esencia.
“Me entregué, dice, al Espíritu divino, rindiendo mi corazón a la fuerza de su amor. Hízome reposar mi divino Maestro por largo rato en su santísimo pecho, y me descubrió las maravillas de su amor y los inefables secretos de su Sagrado Corazón. Por vez primera me abrió este divino Corazón de manera tan real y sensible, que no me dejó lugar a duda acerca de la verdad de esta gracia”.
Me dijo el Salvador: “Está tan rebosante mi divino Corazón de amor a los hombres y, en particular, hacia ti, que, no pudiendo contener en él las llamas de su ardiente caridad, se ve como forzado a derramarlas por tu medio sobre las almas a fin de enriquecerlas con los tesoros que en ellas se encierran. A pesar de tu indignidad, y de tu ignorancia, te he escogido como instrumento de tan alto designio para que se vea claramente que soy yo quien lo hago todo.”
«Me pidió luego mí corazón; le supliqué que lo tomara, y así lo hizo. Lo introdujo en su Corazón adorable, en el que me lo mostró como un átomo que se consumía en aquella ardiente hoguera. Sacándolo después como una llama ardiente en forma de corazón, volvió a colocarlo en mi pecho con estas palabras: Ahí tienes, hija mía, una prenda preciosa de mi amor; con ella he prendido en tu pecho una chispita de las más vivas llamas de este amor, que te servirá de corazón y te irá consumiendo hasta el postrer instante de tu vida.”
Tal fue la primera revelación, según la refiere la misma Santa. En ella se perfila ya de manera inconfundible el carácter esencial de la nueva devoción: el del amor compasivo.
Las místicas benedictinas Santa Gertrudis y Santa Matilde vieron al Sagrado Corazón como amor triunfante y se embriagaron en la copa de las delicias. San Francisco de Asís y otros finos amantes del Salvador no consideraron la llaga del costado sino como uno da los atributos de su Pasión. Para Santa Margarita María el Sagrado Corazón es el Amor olvidado, despreciado, ultrajado, que exhala dulces quejas contra la ingratitud de los hombres y solicita la debida reparación. Este carácter adquirirá aún mayor relieve en la siguiente aparición.

Capítulo V: Reseña Histórica de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús

1. ¿Cuál es el hecho inicial que inspiró el culto al Sagrado Corazón de Jesús?
Fue sin duda el que nos refiere San Juan Evangelista al decirnos que un soldado abrió con su lanza el costado del Salvador y al punto salió sangre y agua.
2. ¿Cómo puede explicarse?
Porque la herida del soldado, al poner al descubierto el Corazón santísimo de Jesús, parecía invitarnos a venerar ese símbolo de su inmenso amor.ç
3. ¿Fue conocida la devoción al Sagrado Corazón en los primeros siglos del cristianismo?
En su noción exacta y concreta de culto al Corazón de Jesús como símbolo de su amor, fue poco menos que desconocida en los diez primeros siglos de la Iglesia. Los escritores ascéticos y místicos se limitaron a considerar con fe y con amor al costado abierto, manando sangre y agua, como fuente abundante de gracias.
4. ¿Dónde se halla la primera noción exacta de esta devoción?
En el sermón llamado Viña mística, del siglo XIII, atribuido a San Buenaven­tura, se leen las siguientes exclamaciones: «¡Cuán bueno y deleitoso es morar en vuestro Corazón, rico tesoro, preciosa perla, Oh buen Jesús! ¿Quién no ama­rá a este Corazón traspasado? ¿Quién no devolverá amor por amor a quien tanto nos amó?» Toda la esencia de la devoción al Corazón divino late en estas inflamadas palabras del Doctor seráfico.
5. ¿Cuáles fueron los primeros heraldos del culto al Sagrado Corazón de Jesús?
San Bernardo y San Buenaventura fueron los primeros e inspirados cantores de las finezas del Corazón de Jesús, y sus primeras propagadoras, dos místicas benedictinas: Santa Gertrudis y Santa Matilde.

6. ¿Cuáles fueron sus inmediatos precursores?
Fueron San Francisco de Sales y San Juan Eudes. Fundó el primero la Orden de la Visitación, jardín de almas escogidas, entre las que hubo de elegir el Sagrado Corazón a su confidente predilecta: Santa Margarita María. Al promover al santo Obispo de Ginebra a la dignidad de Doctor de la Iglesia, escribió Pío IX «que había sembrado los gérmenes de la devoción al Corazón de Jesús».
Fundó el segundo la Congregación de los Eudistas, y compuso para sus miembros el Oficio y la Misa en honor de los Corazones de Jesús y de María. Dichos religiosos erigieron la primera iglesia en honor de los Sagrados Corazones, siendo de advertir que se trataba de un culto particular que no trascendía fuera de su Orden.
7. ¿Cuándo fue revelada esta devoción en su forma actual?
Lo fue a la ya citada religiosa de la Visitación de Paray-le-Monial (Francia), Margarita María Alacoque, que vivió de 1647 a 1690.
8. ¿En qué forma se manifestó Nuestro Señor a Margarita María?
En repetidas ocasiones y en las más variadas formas: bajo la figura de Ecce homo, azotado y cubierto de llagas; del Niño Jesús; de una cruz grande cubierta de flores, etc.; pero la aparición principal ocurrió el 16 de junio de 1675.
9. ¿Cuáles fueron las circunstancias de la Gran Revelación?
Estando la Hermana Margarita María de adoración ante el Santísimo, un día de la infraoctava del Corpus de 1675, se le apareció Jesucristo nuestro Señor, que le descubrió su Corazón con estas palabras: «He aquí este Corazón que tanto ha amado a los hombres, que nada ha perdonado hasta agotarse y consumirse para demostrarles su amor, y que no recibe en reconocimiento de los más sino ingratitud, ya por sus irreverencias y sacrilegios, ya por la frialdad y desprecio con que me tratan en este Sacramento de amor.»
10. ¿Qué pidió luego Jesucristo a Santa Margarita María?
«Por lo cual, continuó el Salvador, te pido que el primer viernes después de la Octava del Corpus, se dediqué a una fiesta particular para honrar mi Corazón, reparando su honor con un acto de desagravio, y comulgando ese día a fin de expiar las injurias que ha recibido durante el tiempo que he estado expuesto en los altares.»

11. ¿A qué fiesta aluden estas palabras?
Se refieren a la Fiesta del Sagrado Corazón.
12. ¿Se logró fácilmente la institución de dicha Fiesta?
Por la novedad de la devoción y las muchas polémicas que suscitó, los Sumos Pontífices procedieron con suma cautela y prudentísima lentitud. No había de presenciar Margarita en su vida mortal el pleno triunfo de sus aspiraciones. Después de varias tentativas infructuosas, Clemente XIII concedió, por fin, a los Obispos de Polonia el Oficio propio y la Misa del Sagrado Corazón, en 1765, o sea setenta y cinco años después de la muerte de Margarita María. En 1856, Pío IX extendió la Fiesta a la Iglesia universal.
13. ¿Cuáles fueron los principales colaboradores de Santa Margarita?
Dentro de su misma Orden hemos de citar a sus Superioras, Madres Saumaise, Greyfié y Soudeilles quienes con su conducta sabia y prudente aquilataron las virtudes de Margarita y la verdad de la misión que el Sagrado Corazón le confiara. Fuera de la Orden de la Visitación descuellan como astros de primera magnitud, por su intervención decisiva en el establecimiento de la nueva devoción, dos ilustres hijos de San Ignacio: e P. Claudio de la Colombière, hoy venerado, en los altares, y el P. Juan Croiset.
Debido, sin duda, a una especial iluminación de lo alto, el primero supo disipar las dudas y perplejidades que angustiaban a la Santa y retraían a sus Superioras, infundiendo en sus ánimos la completa seguridad de que las visiones de Margarita y las instrucciones que recibía procedían del Espíritu de Dios. El segundo escribió uno de los libros que más han contribuido al conocimiento y a la práctica de la devoción al Sagrado Corazón: La devoción al Corazón de Nuestro Señor Jesucristo.
14. ¿No ha tenido sus mártires la devoción al Corazón de Jesús?
Sí, durante la Revolución francesa y las persecuciones de Méjico y España han sido bastantes los condenados a morir por el solo crimen de llevar en su pecho la efigie del divino Corazón o de invocarle con fervor.

15. ¿Cuáles son las manifestaciones de piedad o de apostolado con que se ha honrado al Corazón de Jesús en el siglo XIX?
Limitándonos a las más destacadas, podemos citar:
a) En los inicios del siglo, la fundación de varias Congregaciones dedicadas a propagar el culto del Sagrado Corazón.
b) La edificación de templos con carácter expiatorio, como el de Montmartre, en París, del Sacro Cuore en Roma y el del Tibidabo, en Barcelona.
c) La institución del Apostolado de la Oración y de las múltiples obras que del mismo se derivan.
16. ¿Ha continuado progresando en los últimos años la devoción al Sagrado Corazón?
Sí, la devoción al divino Corazón extiende cada vez más sus conquistas, y, cual nuevo Lábaro, presagia a la Iglesia el triunfo definitivo sobre sus enemigos. El 11 de junio dé 1899 el papa León XIII consagró el mundo entero al Sagrada Corazón.
Pocos años más tarde surge la obra admirable de la Entronización de Jesús en los hogares, y se cuentan por millares las familias en que reina de veras el dulcísimo Corazón de Jesús.
Homenaje destacado entre todos fue la consagración solemne de España por el Rey en persona el 30 de mayo de 1919, la erección en Valladolid del Templo de la Gran Promesa, en el lugar mismo donde el Sagrado Corazón dijo al Beato Bernardo de Hoyos: «Reinaré en España y con más veneración que en otras partes, y la construcción del Templo Expiatorio Nacional del Corazón de Jesús del Tibidabo en Barcelona, profetizado por San Juan Bosco.
La Gran Rrevelación
Es un día de la infraoctava del Corpus, probablemente el 16 de junio de 1675, Margarita María está orando ante el Santísimo Sacramento expuesto, cuando, de repente, de la hostia inmaculada se destaca radiante Jesucristo nuestro Señor, quien le descubre su divino Corazón y le dirige estas palabras:

He aquí este Corazón que tanto ha amado a los hombres, que nada ha perdonado hasta agotarse y consumirse para demostrarles su amor, y que no recibe en reconocimiento de los más sino ingratitud, ya por sus irreverencias y sacrilegios, ya por la frialdad y el desprecio con que me tratan en este Sacramento de amor. Pero lo que me es aún mucho más sensible es que son corazones que me están consagrados los que así me tratan. Por esto te pido que se dedique el primer viernes después de la Octava del Santísimo Sacramento a una fiesta particular para honrar a mi Corazón, comulgando ese día y reparando su honor con un acto de público desagravio, a fin de expiar las injurias que ha recibido durante el tiempo que he estado expuesto en los altares.
Te prometo, además, que mi Corazón se dilatará para derramar con abundancia las influencias de su divino amor sobre los que le tributen éste honor y los que procuren que le sea tributado”
- Pero, dulcísimo Señor - repuso Margarita - ¿cómo podré cumplir yo estos encargos, siendo una criatura tan endeble y una pecadora tan miserable, cuya indignidad pudiera hasta estorbar el cumplimiento de vuestros deseos?
-¿Y qué? - respondió él divino Maestro - ¿Ig­noras; por ventura, que me valgo de los seres más débiles para confundir a los fuertes, y que, de ordinario, hago resplandecer mi poder con más brillo en instrumentos humildes para que nada se atribuyan a sí mismos?
- En este caso, Señor, decidme cómo podré llevar a cabo lo que mandáis.
- Acude a mi siervo, y dile de mi parte que haga cuanto pueda para establecer esta devoción y complacer a mí Corazón divino. El siervo de Dios a quien aludía Nuestro Señor era el P. Claudio de la Colombière, Superior a la sazón de la residencia de los Jesuitas de Paray. Recabó de la religiosa un relato escrito de su visión para examinarlo seriamente delante de Dios y, reconociendo claramente en él el carácter divino, dio su plena adhesión a. los deseos de Santa Margarita, consagrándose también él mismo al divino Corazón el 21 de junio de 1675, primer viernes después de la Octava del Corpus del mismo año, día que acababa de señalar el Señor para ser en adelante la Fiesta de su Corazón.

Capítulo VI: EL reinado del Corazón de Jesús

1. ¿Cómo puede relacionarse la devoción al Sagrado Corazón de Jesús y su reinado en el mundo?
Puesto que la devoción al Corazón de Cristo se propone el triunfo de su amor en todos los corazones, puede decirse con toda exactitud que su fin es extender en el mundo el reinado de Jesucristo.
2. ¿Existe un vínculo estrecho entre ambas devociones?
Si, porque Jesús es Rey de amor y por el amor quiere atraer a las almas. De donde se deduce que la devoción al Sagrado Corazón es el medio más eficaz para extender el reino de Cristo.
3. ¿Es también el sentir de la Iglesia nuestra Madre?
Sin duda alguna. Al instituir la Fiesta de Cristo Rey, Pío XI ordenó que en tal día se renovara todos los años la Consagración al Corazón de Jesús.

4. ¿Cuál es el fundamento de la realeza de Cristo?
Radica en la unión admirable de la naturaleza humana con la divina. En virtud de esta unión, llamada hipostática, no sólo ha de ser adorado Cristo por los ángeles y por los hombres como Dios, sino que le deben obediencia y sujeción en cuanto Hombre. (Encíclica Quas Primas)
5. El reino de Cristo ¿es espiritual o temporal?
El reino de Cristo es principalmente espiritual y se refiere a las cosas espirituales. Cuando la turba intentaba proclamarle Rey, Él declinó siempre tal honor. Además, su doble título de Redentor y Sacerdote da a su dignidad real un señalado carácter espiritual. (de la misma encíclica.)
6. ¿Cuál es la forma visible del reino de Cristo?
La forma visible del reino de Cristo es la santa Iglesia, Arca de Noé, fuera de la cual no cabe salvación; ciudad levantada sobre el monte para que todos la puedan ver y distinguir, con su cabeza visible, que es el Papa; sus miembros visibles y sus ritos también visibles, que son los Sacramentos.
7. ¿No tiene Cristo poder sobre las cosas temporales?
Indudablemente Cristo recibió de su Padre derecho absoluto sobre todas las cosas creadas y todas deben someterse a su: arbitrio. «Erraría, pues, gravemente, dice la referida encíclica, quien pretendiese arrebatar a Cristo el poder sobre las cosas temporales.»
8. ¿A quiénes se extiende el reino de Cristo?
El imperio de Jesucristo, dice el papa León XIII en su encíclica Annum sacrum, se extiende no sólo sobre los pueblos católicos y aquellos que regenerados por la fuente bautismal, pertenecen por derecho a la Iglesia, sino que abraza tam­bién a los que están privados de la fe cristiana, de modo que todo el género humano está bajo la potestad de Cristo.
9. ¿Cuál es el principal adversario del reino de Cristo?
Es el príncipe de las tinieblas, Satanás, cuyo grito de rebeldía contra Dios abrió los abismos infernales y que inspira a todos sus secuaces las palabras de repulsa de los judíos contra el Salvador: «No queremos que Éste reine sobre nosotros.»
10. ¿Cuáles fueron los enemigos más temibles suscitados por el demonio contra el reino de Jesús?
Pueden señalarse entre los más destacados:
- Los emperadores romanos, que desencadenaron crueles persecuciones con el fin de ahogar en sangre la nueva religión.
- Los herejes arríanos, quienes, tras el velo de fórmulas capciosas, pretendían despojar a Jesucristo del cetro real de su divinidad.
- Los protestantes, al dirigir sus embates contra la cabeza visible de la Iglesia, negando que esta fuera norma de fe y sustituyéndola por el libre examen.
- Los jansenistas, cuyo extremado rigorismo moral causó verdaderos estragos precisamente en el mismo siglo que las revelaciones de Paray.
- El laicismo, que niega, sobre todo, el reino social y civil de Jesucristo.
11. ¿Qué dice a este propósito el papa Pío XI?
Llama a la herejía jansenista la más astuta de todas, pues al presentarse como defensora indignada de la moral cristiana, predica que no tanto ha de amarse a Dios como Padre, cuanto temérsele como implacable juez, mostrándose así enemiga del amor de Dios y de la piedad.
En cuanto al laicismo, dice el mismo Pontífice, puede llamarse la peste de nuestra edad, porque niega el imperio de Cristo sobre las gentes, a su Iglesia el derecho de enseñar a los pueblos, sometiendo la religión cristiana a la potestad civil y llegando a veces hasta a prescindir en absoluto de Dios.
La primera capilla del Sagrado Corazón
El Sagrado Corazón había pedido capillas; se le edificó una en el jardín del monasterio de Paray en 1686 y se bendijo el 7 de septiembre del mismo año con extraordinaria solemnidad.
Refieren las «Contemporáneas» que acudieron a la ceremonia todos los sacerdotes del pueblo y de las parroquias vecinas, con gran muchedumbre de gente. Reunidos en la iglesia parroquial, vinieron procesionalmente al jardín de la Visitación. Dominaba el altar un precioso cuadro del Sagrado Corazón, del que decía Margarita María: «Me guste tanto que no puedo cansarme de mirarlo.»

Durante la piadosa ceremonia tuvo la Santa un éxtasis de tres horas. Muchos concurrentes al acto que nunca la habían visto, la miraban con extremada curiosidad extrañándose sobremanera que en tan largo espacio de tiempo permaneciera tan inmóvil como una estatua, abismada como estaba en Dios.
Luego encargó un Tedeum en acción de gracias a sus novicias, diciendo: «Ya que el Corazón de Jesús va siendo conocido y empieza a reinar en los corazones, nada tengo que desear en este mundo.» Este precioso monumento atravesó, sin que nadie lo tocase, los funestos días de la Revolución francesa, y subsiste todavía. Margarita María murió dos años después, en 1690. Sus restos mortales descansan bajo el blanco mármol del altar de Paray en un espléndido relicario. Día y noche cincuenta y tres lámparas irradian sobre su tumba su luz suave, pálido reflejo del sol de gracia que, desde Paray, iluminó al mundo entero.
Fue declarada Venerable por S. S. León XII el 30 de .marzo de 1824. En el reconocimiento canónico de su cadáver, siglo y medio después de enterrado, se halló intacto y fresco aquel cerebro que consagrara todos sus pensamientos al Corazón de Jesús.
El 4 de septiembre de 1864 el beato Pío IX proclamaba Beata a la Virgen de Paray. Por fin, el 13 de mayo de 1919, delante de cincuenta mil fieles de todas partes, S. S. Benedicto XV la declaraba inscrita en el número de los Santos. Fue el día de su tránsito el 17 de octubre, fecha memorable para los amantes del Sagrado Corazón, que la santifican con la comunión reparadora, la hora santa y otras prácticas recomendadas por la misma Santa.

Capítulo VII: Caracteres del reino del Corazón de Jesús

1. ¿Cuáles son los caracteres del reino del Corazón de Jesús?
Los encontramos perfectamente definidos en el prefacio de la festividad de Cristo Rey: «reino eterno, y universal, reino de verdad y de vida, reino de santidad y de gracia, reino de justicia, de amor y de paz».
2. ¿Por qué es eterno el reino de Jesús?
El reino de Jesús es eterno porque como Dios fue engendrado «ante el primer resplandor de la aurora» (Salmo 109), y como Hombre Dios es el Rey inmortal de los siglos, hacia quien convergen las miradas de las generaciones que le precedieron y las de las que vienen en pos de Él. Lo afirma el Evangelio de San Lucas (cap. I, v. 26): «reinará en la casa de Jacob eternamente, y su reino no tendrá fin.»
3. ¿Por qué es universal el reino de Jesús?
Porque su poder real se extiende, de derecho o de hecho, a los cuerpos y a las almas, a todos los pueblos y naciones, a los individuos y a las colectividades, a todas las manifestaciones de la vida pública y privada.
4. ¿Por qué es reino de justicia?
Porque ostenta los títulos de realeza más decisivos y sagrados: Rey por generación y herencia, Hijo de Dios, consubstancial al Padre, rayo de su gloria e imagen de su esencia, toda potestad le fue otorgada en el Cielo y en la tierra, Rey por derecho de conquista, pues nos adquirió con el precio infinito de su san­gre divina, Rey, en fin, por libérrima elección de nuestros corazones, que, rendidos a sus inefables hechizos, se consagran a su santo servicio.
5. ¿Por qué es reino de verdad y de vida?
Porque el Hombre Dios, poseedor de la plenitud de la ciencia humana y divina, es luz que ilumina a todo hombre que vive en este mundo, sol lúcido y esplendente, que irradia por doquiera los rayos de la verdad.
6. ¿Por qué se le llama reino de santidad y de gracia?
Porque es la causa eficiente, meritoria: y ejemplar de toda santidad. Causa ejemplar por ser modelo acabadísimo de virtud y de perfección; causa meritoria, porque nos mereció la gracia de la santificación por su Pasión y muerte; causa eficiente, porque da infinita eficacia a cuanto hace.
Renueva en nuestras almas aquellos milagros que obrara en los cuerpos. Calma las tormentas de nuestras pasiones; multiplica el pan de sus buenos pensamientos, convierte en vino de santo amor nuestras aficiones terrenas, lava la lepra de nuestros pecados, ilumina nuestra ignorancia y reanima nuestra inercia.
7. ¿De qué medios se vale el Corazón de Jesús para atraer a los hombres?
Se vale principalmente de los inefables encantos de su persona y de los irresistibles atractivos de su amor. Tal es la razón por la que manifestó su Corazón a Santa Margarita María.
¿Qué otra cosa significan las encantadoras parábolas de la dracma perdida, de la oveja descarriada, del hijo pródigo y su exquisita bondad con los niños y con los pecadores?
8. ¿No lo entendió así Santa Margarita María?
Sí, lo dice expresamente: «Estoy convencida de que el Corazón de Jesús quiere establecer su reino por la dulzura y la suavidad de su amor, y no por los rigores de la justicia.»
9. ¿Cómo ha de terminar la lucha entre Cristo y sus adversarios?
Esta lucha ha de terminar con el triunfo definitivo de nuestro Salvador. «Tened confianza, dice en San Juan, yo he vencido al mundo.» Y añade San Pablo a los Corintios: «Debe reinar hasta ponerle el Padre a todos sus enemigos debajo de sus pies.»
10. ¿No lo prometió así a Santa Margarita María?
Se lo garantizó del modo más categórico: «Reinaré a despecho de Satanás.» «Reinaré a despecho de mis enemigos y de cuanto se me oponga.»
11. Algunos efectos trascendentales del reinado del Corazón de Jesús.
Reavivó la llama del amor a Dios, quinta esencia del cristianismo, y que trataban de ahogar los extravíos jansenistas. Renovó el culto fervoroso a la Sagrada Eucaristía, multiplicándose desde entonces, de manera asombrosa, las grandes manifestaciones eucarísticas y cundiendo, en todas partes la Comunión frecuente.
12. ¿Qué podemos hacer nosotros para cooperar a la extensión del reino de Cristo?
Podemos cooperar poderosamente a dicha extensión:
1° Por la oración; por ejemplo: ingresando en el Apostolado de la Oración, del que hablaremos más adelante y que cuenta con millones de socios.
2° Favoreciendo las obras misionales: Propagación de la Fe, Santa Infancia y Obra de San Pedro Apóstol.
3° Correspondiendo generosamente al divino llamamiento, si Dios nos inspira una vocación misional.

Los Mártires del Sagrado Corazón

Es difícil darse cuenta, en nuestros días, del odio satánico que suscitó la devoción al Corazón de Jesús en el primer siglo de su desarrollo. Todos los medios parecían legítimos para desacreditarla y ahogarla en germen. Y no ya sólo entre los impíos, que agotaron contra ella sus burlas groseras y sus mordaces ironías, sino también en los medios católicos más o menos intoxicados por el virus jansenista.
Dios lo permitió, sin duda, para que, junto a estos insondables abismos de perversidad, brillara con más resplandor la fidelidad de sus finos amantes, que, en la generosa correspondencia a los apremiantes llamamientos del Corazón de Jesús, llegaron no pocas veces hasta el martirio.
Numerosas víctimas de la Revolución francesa, sólo por el delito de llevar “detentes” o escapularios del Sagrado Corazón, se vieron condenadas a muerte por el tribunal revolucionario. Así sucedió con la princesa Isabel, hermana del rey Luís XVI. Merecen especial mención las Religiosas Carmelitas Descalzas de Compiègne. Presas y conducidas brutalmente a París como viles criminales, fueron juzgadas y sentenciadas a muerte por el tribunal revolucionario. ¿Por qué? Por haberse hallado en su poder algunas imágenes de los Corazones de Jesús y de María y un cántico dedicado al Sagrado Corazón. Al oír la sentencia de muerte se llenaron de santo júbilo, “¡Oh hermanas mías, exclamaba una de ellas, felicitémonos, pues vamos a morir por nuestro Dios y por nuestro Rey!”
Pusiéronse en marcha hacia el lugar del sacrificio entonando las dieciséis un cántico triunfal compuesto el día anterior por una de las Hermanas. Todas iban vestidas de blanco y cantaban la Salve, sin que fueran bastante para apagar su voz los insultos del populacho. Llegadas al pie del cadalso entonaron el Veni Creator, después el Te Deum, y renovaron su profesión. Una por una solicitaron de su Superiora su bendición y licencia para morir, y con valor sobrehumano ofrecieron sus cabezas al verdugo. Con frialdad horripilante fue cortando éste sus virginales cuellos mientras las restantes prosiguen sus cantos.
Tan sublime espectáculo impresionó a la plebe. Avergonzada de tanta iniquidad y barbarie, se retiró silenciosa y pensativa. Parece que la sangre virginal de estas víctimas atrajo sobre el país la misericordia del Señor. A los diez días de su ejecución cayó el abominable gobierno del Terror y el amor del Corazón de Jesús se extendió prodigiosamente por todas partes.
En fin, no podemos pasar en silencio a los heroicos vandeanos, que, a impulsos de su fe, sostuvieron en defensa del altar y del trono una «lucha de gigantes», en frase de Napoleón. Todos llevaban sobre sus pechos el escapulario del Corazón de Jesús. En 1863 quedó al descubierto la osamenta de un pueblo de cuatrocientos veinticinco habitantes, exterminados en su totalidad por las tropas revolucionarias: sus cuerpos se hallaban entrelazados por el precioso escapulario.

Capítulo VIII: Las promesas del Corazón de Jesús

1. ¿Cuál es la prueba más sorprendente de la caridad del Corazón de Jesús y del deseo que tiene de ser amado?
Esta prueba se nos ofrece con toda evidencia en las espléndidas promesas hechas a sus devotos.
2. ¿Dónde constan estas promesas?
Constan en los escritos de Santa Margarita María.
3. ¿Qué clase de certeza originan las revelaciones particulares?
Engendran una certeza moral tanto mayor cuanta más garantía ofrece el testigo, pero no la certeza absoluta con que prestamos adhesión a las palabras de Jesucristo, consignadas en el Evangelio. Éstas se creen con fe divina; aquéllas, con fe humana.
4. ¿No ofrecen especiales garantías de veracidad las promesas divulgadas por Santa Margarita María? Ciertamente la extraordinaria rapidez con que se difundió la nueva devoción, las reiteradas aprobaciones de los Sumos Pontífices y, el mismo proceso de canonización de Santa Margarita María son pruebas muy fehacientes de la autenticidad de las revelaciones hechas a la Santa y, en consecuencia, de las promesas que contienen.
5. ¿Qué fin se propuso el divino Corazón al formular semejantes promesas?
No pudo ser otro que el de apremiarnos, con la perspectiva de magnificas recompensas, a devolverle amor por amor y, mediante esto, a practicar con mayor perfección las virtudes propias de nuestro estado.
6. ¿Son muchas las promesas del Sagrado Corazón?
Más de sesenta podrían extractarse de los escritos de la Santa.
Las hay generales para todos los devotos del Corazón de Jesús; las hay también especiales para los sacerdotes, las Comunidades religiosas, los celadores de la devoción. A veces nos brindan bienes temporales, como la paz, el éxito, etc.; pero casi siempre regalados favores espirituales.
7. ¿Cuáles son las principales?
Dejando a un lado la Gran Promesa, que será objeto de un estudio especial, citaremos las once restantes, en su forma tradicional:
1ª Daré a mis devotos todas las gracias necesarias a su estado.
2ª Daré paz a sus familias.
3ª Los consolaré en todas sus aflicciones.
4ª Seré su refugio seguro durante la vida y principalmente en la hora de la muerte.
5ª Derramaré abundantes bendiciones sobre todas sus empresas.
6ª Los pecadores encontrarán en mi Corazón la fuente y el océano infinito de la misericordia.
7ª Las almas tibias se volverán fervorosas.
8ª Las almas fervorosas se elevarán con rapidez a alta perfección.
9 ª Bendeciré las casas en las que la imagen de mi Corazón sea expuesta y honrada.
10ª Favoreceré a los sacerdotes con un arte especial para conmover los cora­zones más duros.
11ª Las personas qué propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón sin que jamás sea borrado de él.
Tales promesas traducen fielmente el pensamiento cuando no las mismas palabras de Margarita María. Se encuentran reiteradamente en la voluminosa correspondencia de la Santa.
Jamás devoción alguna fue sancionada con tan preciado galardón. Y quien las leyere con atención y se fijara en su número, en su calidad y en su importancia, se llenaría de estupor si no estuviera bien penetrado del infinito amor del Corazón de Jesús y de las “inescrutables riquezas de Cristo”, ponderadas por San Pablo.
8. ¿No brinda el Corazón de Jesús promesas muy halagüeñas a sus devotos para la hora de la muerte?
Si, parece que el dulcísimo Corazón de Jesús, tiene especial complacencia en reiterar a sus fieles amantes la promesa de endulzar su última hora constituyéndose, en trance tan decisivo, puerto seguro y lugar de refugio contra las postreras asechanzas del enemigo infernal.


9. ¿Cuáles son las palabras de Santa Margarita María acerca de esto?
Solía decir la Santa: « ¡Ah! ¡Cuán dulce es morir después de haber profesado una tierna y constante devoción a Aquel que nos ha de juzgar!»

San Claude de la Colombière

No es posible hablar de los amorosos designios del Sagrado Corazón sobre los hombres sin hacer mención de San Claudio de la Colombière. Nació este santo en Saint-Symphorien-d'Ozon, en el Delfinado, el 2 de febrero de 1641. Hechos sus estudios clásicos en el Colegio de los Padres Jesuitas de Lyon, entró en el Noviciado de la Compañía de Aviñón en 1658. Terminó sus estudios teológicos en París, siendo ordenado sacerdote en 1669. AI año siguiente volvió a Lyon, donde profesó retórica y se dedicó al ministerio de la predicación hasta 1673.
Hizo entonces su tercera probación, y en enero de 1675 fue nombrado Superior de la residencia de. Paray. A los pocos días de tomar posesión hizo, corno Superior de aquella residencia, una visita de cumplimiento a la Comunidad de la Visitación. Lo mismo fue entrar en el locutorio que oír Margarita claramente en su interior la voz divina: «Este es el que te envío» Por su parte, el Padre observó en Margarita un no sé qué sobrenatural al dirigir una plática a la Comunidad.
Accediendo a una orden expresa de su Superiora, refiere Margarita al Padre las maravillas con que se cree favorecida del Señor, sin ocultarle sus virtudes y sus defectos. «Nada tiene usted que temer, le asevera formalmente el Padre; el Espíritu de Dios es quien la guía; siga sus movimientos; sea la víctima del Sagrado Corazón.»
Ya habían ocurrido tres de las grandes apariciones.
En la cuarta y principal Revelación recibió Margarita el encargo de publicar el amor encendido del divino Corazón, y como pusiera por delante su indignidad y su vileza para acometer empresa tan grande, le dijo el Redentor: «Dirígete a mi siervo (P. De la Colombière) y dile de mi parte, que haga cuanto pueda para establecer esta devoción, y que no se desanime, pues, aunque ha de tropezar con arduas dificultades, le comunicaré mi gracia, para triunfar de todas.»
Recibió humildemente el encargo tan dulce del divino Corazón y procuró corresponder con todas sus fuerzas.
Poco más de un año después de. la Gran Revelación, le enviaron sus Superiores a Londres como predicador de la duquesa de York, futura reina de Inglaterra. Aprovechó su nueva situación para inspirar la nueva devoción en Londres y en el medio en que vivía.
Calumniado y perseguido, fue encarcelado y, por último, desterrado de Inglaterra. Salió de Londres a fines de diciembre de 1678.
De paso para Lyon detúvose en Paray unos diez días, y, como es natural, visitó a Margarita María. (Tuve mucho consuelo en esta visita, dice en una carta; la hallé sumamente humilde y sumisa, con un profundo amor de la Cruz y de los desprecios, señales de la bondad del espíritu que la guiaba.)
El P. De la Colombière regresó a Lyon consumido de las enfermedades acarreadas por su encarcelamiento. Confiando que el clima de Paray le sería más favorable, se le envió a su antigua residencia. Pero a su llegada estaba herido de muerte, pudiendo apenas hablar. Tuvo su última entrevista con la Santa a mediados de octubre de 1681. Sólo los ángeles pudieran decir lo que-fue este último coloquio entre ambos santos. El P. Claudio entregó su alma a Dios el 16 de febrero de 1682.
«No quiera usted afligirse, respondió la Santa a la que le notificó la muerte del Padre; invóquelo usted; es más poderoso que nunca para socorrernos.»
Dos años más tarde se publicaron en Lyon las obras del P. De la Colombière. En una de ellas (Retiro espiritual) iba el relato de la cuarta gran Revelación tal como se la refirió Margarita María. Y así los escritos del siervo de Dios fueron instrumento eficaz para continuar su obra.
Fue proclamado Beato por el Papa Pío XI en junio de 1929, el día aniversario de la aparición magna de Jesús a Santa Margarita María, y declarado santo por Juan Pablo II en 1992. La Iglesia Universal celebra su fiesta el 15 de febrero.

Capítulo IX: La devoción al Sagrado Corazón en España

1. ¿No ofrecía España condiciones favorables a la devoción al Corazón de Jesús?
Ciertamente, España, maestra de ascetismo y patria de tantos insignes místicos, ofrecía condiciones excepcionalmente ventajosas para la rápida extensión del culto al Corazón de Jesús.


2. ¿Cuál fue el apóstol escogido por el Corazón de Jesús para heraldo de su devoción en nuestra patria?
El instrumento providencial escogido para este fin fue el jesuita P. Bernardo de Hoyos, a quien dio el Señor a conocer su voluntad en varias revelaciones.


3. ¿Cuál es la más notable?
Un día, mientras estaba adorando al Señor en la Hostia consagrada, le dijo clara y distintamente que por su medio quería extender el culto del Corazón sacrosanto.
Otra vez, y en día del Corpus, volvió a comunicarse el Señor al joven religioso, manifestándole que su Sagrado Corazón reinaría en el mundo y que la solemnidad de su fiesta llegaría a ser en su Iglesia la mayor después de la del Corpus.
Por fin, en otra visión hubo de invitarle el Salvador a que introdujera su corazón en el suyo como en su palacio, y habiéndole pedido Bernardo la consecución de sus deseos relativos a la celebración de su fiesta en España, le dijo Jesús: «Reinaré en España y con más veneración que en otras partes.»
4. ¿Quién comparte justamente la gloria del P, Hoyos?
Él P. Agustín Cardaveraz, hijo él también de San Ignacio. No recibió misión directa de propagar la devoción al Corazón de Jesús, pero saboreó sus delicias y fue el primero que cantó sus glorias desde el púlpito, el 11 de junio de 1733, en Bilbao.
5. ¿Cuáles fueron los principales colaboradores del P. Hoyos?
Fueron los PP. Juan de Loyola, Pedro de Calatayud y el citado Agustín Cardaveraz.
A instancias del P. Bernardo, Juan de Loyola escribió el Tesoro escondido en el divino Corazón de Jesús, que dio a conocer la nueva devoción en nuestra patria y alcanzó, en cuatro años, hasta ocho ediciones.
Con anterioridad había publicado el P. Calatayud el folleto Incendios de amor de carácter más afectivo que instructivo y predicado la devoción al Sagrado Corazón en sus múltiples misiones rurales por el Levante.
Y el P. Cardaveraz recorrió, por espacio de diecinueve años, las provincias de Guipúzcoa, Vizcaya, Navarra y Álava predicando en público y aconsejando en particular la devoción al Corazón de Jesús.
6. ¿Qué otro medio utilizó el P. Hoyos?
A imitación de Santa Margarita María, se valió especialmente de las estampas. Este medio de difusión, más asequible a todos y más fácil de comprender, alcanzó los resultados más halagüeños.

BERNARDO DE HOYOS

Nació Bernardo de Hoyos en Torrelobatón, provincia de Valladolid, en 1711. Habiendo ingresado en la Compañía de Jesús, pasó el Noviciado en Villagarcía, y cursó luego filosofía y teología en el Colegio de San Ignacio de Valladolid.
Dios nuestro Señor le previno con sus gracias más escogidas y fue moldeando poco a poco su alma para hacerle instrumento apto a sus divinos designios.


El 3 de mayo de 1733 estaba en la biblioteca, cuando, empezó a leer el libro De cultu Cordis Iesu, del P. Gallifet. Fue para el joven teólogo un toque de gracia.
«A pocos instantes de lectura, nos dice él mismo, sentí en mi. espíritu un movimiento extraordinario, fuerte a la vez que suave, y fui al instante delante del Santísimo Sacramento a ofrecerme al Corazón de Jesús para cooperar cuanto pudiese a la extensión de su culto.»
Pronto conoció el fervoroso jesuita que Dios quería más de él y que no le había favorecido con tan señalados dones de su gracia sino para ser incansable apóstol del Sagrado Corazón.
Como sus estudios restringían notablemente sus actividades apostólicas, supo comunicar las llamas de su celo a unos cuantos Padres autorizados, que le prestaron la colaboración decidida de su palabra o de su pluma. Tales fueron los PP. Juan de Loyola, Agustín Cardaveraz y Pedro de Calatayud. «Causa asombro, dice su biógrafo P. Uriarte, el observar cómo hombres doctos, autorizados y de superiores talentos se dejaron mover por un joven de pocos años, veintiuno contaba a la sazón el P. Hoyos, a una devoción nueva y desconocida.»


Murió el P. Bernardo el 29 de noviembre de 1735, a la edad de veinticuatro años, nueve de Compañía y siete de estudiante aprobado. El P. Prado, Rector del Colegio, al anunciar la infausta noticia, levantó discretamente el velo que cubría las virtudes del confidente de Jesús- Su causa está introducida en Roma.
EL P. CARDAVERAZ
Compañero y entrañable amigo del P. Hoyos fue el P. Agustín Cardaveraz, oriundo de Hernani (Guipúzcoa). Desde los años de su más tierna infancia le inculcó su santa madre un gran odio al pecado y un encendido amor de Dios. Afirman sus confesores que guardó toda su vida una inocencia angelical, con lo cual, según la promesa de Cristo, se hizo aptísimo para penetrar los divinos secretos. Nuestro Señor se le apareció con frecuencia desde 1727. Destinado por sus Superiores a misionar por países de lengua vasca, propagó con ardor la nueva devoción, fundando por doquier Cofradías y Congregaciones del Corazón de Jesús.
Las imágenes del Corazón de Jesús niño que se conservan en numerosas iglesias de las Provincias Vascongadas se remontan a las predicaciones del celoso misionero.

Capítulo X: El culto al Sagrado Corazón

1. ¿Cuántos aspectos presenta el culto del divino Corazón?
Reviste dos aspectos esenciales: el culto interno y el culto externo. El externo puede ser, a su vez, público y privado. 2. ¿Cuáles son las principales manifestaciones del culto interno?
Enumeraremos las siguientes:
1° El odio al pecado, el desasimiento de las criaturas, la abnegación de nosotros mismos como medios adecuados para purificar nuestro corazón de cuanto pudiera ofender las miradas del divino Maestro.
2° La consagración o entrega total al Corazón de Jesús de nuestros sentidos y potencias, de nuestra persona y de nuestra vida, de nuestras acciones y operaciones.
3° El estudio asiduo y amoroso de sus excelencias y prerrogativas, de sus virtudes y de las sublimes manifestaciones del amor divino.
4° La imitación de sus virtudes, singularmente de su humildad, mansedumbre y amor a la Cruz:
5° El continuo esfuerzo para identificar nuestros sentimientos, afectos y quereres con los del divino Corazón.
6° El afán de ofrecerle sentida reparación por los pecados propios y por los ajenos.
7° El trato familiar y frecuente con nuestro Amado por la oración y el uso de jaculatorias.
8° La unión íntima con el Sagrado Corazón, gustando de refugiarnos en Él como en el Santo de los santos, conservando celosamente el tesoro de la gracia santificante y purificando de tal forma la intención que todos nuestros actos se verifiquen en Él, por Él y con Él.

3. ¿Cuáles son los principales actos del culto externo?
1° La exposición y veneración de la imagen del Corazón de Jesús.
2° El llevar su santo Escapulario.
3° La práctica de la Hora Santa.
4° La santificación del primer viernes de cada mes, principalmente con la Comunión reparadora.
5° La celebración solemne y fervorosa de la Gran Fiesta del Amor o del Sagrado Corazón de Jesús.
6° La Comunión frecuente y las visitas al Santísimo Sacramento del Altar, suprema manifestación del amor de Jesús.
7° La asistencia a los Ejercicios del mes de junio, en honor del Corazón divino.
8° El ingreso en alguna Cofradía del Sagrado Corazón, como el Apostolado del Sagrado Corazón o la Archicofradía de la Guardia de Honor.
9° El celo en propagar esta santa devoción.
I - IMAGEN DEL SAGRADO CORAZÓN
1. ¿Expresó Jesucristo, nuestro Señor el deseo de que se honrase la imagen de su divino Corazón?
Sí, lo expresó varias veces a Santa Margarita María: «Me ha asegurado mi Salvador que tendría singular complacencia en que se le honrase bajo el emblema de ese su Corazón de carne, cuya imagen deseaba fuera llevada en el pecho por sus devotos, venerada en los hogares y honrada en público.»

2. ¿Cumplió fielmente Santa Margarita María los deseos del Sagrado Corazón?
Sí, desde el principio desplegó la vidente un celo incansable en extender el culto a esta santa imagen, pues al atraer las miradas hablaba elocuentemente a los corazones y resultaba un medio eficacísimo para propagar la devoción.
3. ¿A cuántos tipos esenciales pueden reducirse los diversos modelos de dicha imagen?
A dos: el que representa aisladamente al divino Corazón y el que lo pinta situado en la misma persona del Redentor. En ambos casos la figura: del Corazón, más o menos idealizada, ostenta los emblemas ordinarios: cruz, llamas y corona de espinas.


En los altares sólo se permite la exposición del segundo tipo; en cuanto al primero, no lo admite la Iglesia sino en el culto privado.
4-. ¿Qué modalidades puede ofrecer el culto a estas imágenes según las propias indicaciones del divino Corazón?
De las mismas palabras del Sagrado Corazón a Santa Margarita María se deducen las tres modalidades del culto a estas imágenes: culto privado, culto doméstico y culto público.

5. ¿Cuál es el primer acto del culto privado debido a la imagen del Sagrado Corazón?
Consiste en colocarla con respeto en nuestro aposento, honrándola con toda devoción.
Así lo practicaba Santa Margarita María: ocupaba lugar preferente en su mesa de trabajo una estampa del Sagrado Corazón, y ante este conmovedor símbolo del amor de Jesús escribía, leía y hacía sus labores, no pocas veces arrodillada.

6. ¿Existe alguna contraprueba de lo santa que es la veneración de dichas estampas?
Sí, a falta de las anteriores consideraciones, bastará fijarnos en el odio mortal que el infierno y sus secuaces profesan a las estampas del Sagrado Corazón para animarnos a rendirles amorosa veneración.
En diversas revoluciones sufrieron el martirio muchos devotos del Sagrado Corazón por el mero hecho de haber llevado esta santa divisa.

II. DEL ESCAPULARIO DEL SAGRADO CORAZÓN
7. ¿Cuál es el segundo acto de culto a la imagen del Sagrado Corazón?
Consiste en llevarla en nuestro pecho en forma de escapulario.
Así lo aconsejaba a sus compañeras la vidente de Paray.
8. ¿De qué se compone este escapulario?
Se compone de dos pequeñas piezas de lana blanca unidas por doble cinta. En un lado traen la imagen del Sagrado Corazón, en su forma acostumbrada, y en el otro, la Bienaventurada Virgen con la inscripción: Mater Misericordiae, o sea, Madre de misericordia.
9. ¿Cuál es el origen de esta devoción?
Su origen se remonta a la vidente de Paray, a quien el Señor manifestó su deseo de que se hicieran pequeñas imágenes de su Corazón para llevarlas en el pecho.
Con ocasión de la peste de Marsella, la Madre Remusat, religiosa visitandina, repartió millares de estampitas del Corazón de Jesús en las que campeaba la inscripción: «¡Detente, el Corazón de Jesús está conmigo!» Y el azote se detuvo ante esta imagen protectora.
Tal es el origen de los «detentes o salvaguardias».
10. ¿Cuándo o cómo adoptó la forma actual?
En su forma actual existe desde el año 1876, en que la Santísima Virgen se apareció á una joven con una imagen del Sagrado Corazón bordada en un escapulario blanco, diciéndole: «Es muy de mi agrado esta devoción, y nada me gusta tanto como ver a cada uno de mis hijos revestido de esta librea.»

11. ¿Qué efectos producirá este escapulario en los que lo lleven con devoción?
Será para ellos:
1° Una coraza contra los dardos de sus enemigos. ¿Qué puede temerse bajo el amparo de Jesús y de María?
2° Un memorial del amor de Cristo, que llegó al extremo de legarnos su propio Corazón y a su misma Madre.
3° Un manantial de gracias y de bendiciones, según las promesas hechas a Santa Margarita María.
Origen del escapulario del Sagrado Corazón de Jesús
En el pueblecito de Pellevoisin, diócesis de Bourges (Francia), vivía una señorita llamada Estrella Faguette, doncella de la condesa de La Rochefoucauld. Además de otros achaques de mayor o menor gravedad, padecía tuberculosis pulmonar en su último grado. El 10 de febrero de 1876, después de gravísima crisis, la encontró tan mal el médico que hubo de exclamar al salir de su casa: “¡Es inútil martirizarla! Ya es cuestión de horas.”
A pesar de ello transcurrieron todavía varios días en medio de indecibles tormentos, sobrellevados con la más cristiana resignación.
El día 15 manifestó Estrella al señor Párroco que la Santísima Virgen se le había aparecido la noche anterior, diciéndole: «Hija mía, todavía has de sufrir cinco días en honor de las cinco llagas de mi Hijo, y el sábado próximo darán fin tus padecimientos con 1a muerte, o con la curación.» Al día siguiente, nueva aparición con esta promesa: «Se aplacó la ira de mi divino Hijo: te otorga más tiempo de vida, y el sábado estarás curada.» Efectivamente, Estrella recobró la salud el día señalado, de tal forma que se vio repentinamente sana de su tuberculosis extrema y libre de un tumor enorme que tenía en el seno izquierdo.
Y es que la Madre del Salvador la había escogido para instrumento de sus misericordias y quería garantizar la autenticidad de su misión con este portentoso prodigio.
Estas dos primeras apariciones no fueron sino el principio de revelaciones sucesivas en las que la Virgen le dio a conocer el escapulario del Sagrado Corazón.
El día 9 de septiembre de 1876 le dirigió estas palabras: «Desde hace mucho tiempo están abiertos los tesoros de mí Hijo; es preciso que rueguen.» Y al decir esto le enseñó un pedacito de tejido blanco de lana que llevaba en el pecho. “Fijando los ojos en él, dice Estrella, vi un corazón encarnado que se destacaba muy bien en un fondo blanco, y caí en la cuenta que se trataba del escapulario del Sagrado Corazón.»


Es muy de mi agrado esta devoción, continuó diciendo la Santísima Virgen, procura que se confeccionen muchos escapularios, pues nada recrea mis ojos como el ver esta librea en cada uno de mis hijos. Presta atención a las gracias que yo prodigo a los que lo lleven con confianza y te ayuden a propagarlo.» Y extendiendo María sus manos, iba cayendo de ellas una como lluvia abundante, en cada una de cuyas gotas me parecía ver escrito el nombre de alguna gracia, tal como: piedad, confianza, conversión, salvación, salud, etc. «Estas gracias, dijo finalmente la Virgen, son de mi Hijo, que nada puede negarme. Yo las tomo a manos llenas de su Corazón. Ten confianza, hija mía, que yo te ayudaré.». La Virgen desapareció, y Estrella quedó inundada de tristeza, más en posesión de una misión del Cielo: la de propagar en la Iglesia el escapulario del Sagrado Corazón. El Arzobispo de Bourges, tras un minucioso estudio de los hechos, estableció la Archicofradía de “Nuestra Señora de Pellevoisin”, que cuenta hoy con miles de asociados.
III. La Hora Santa
12. ¿En qué consiste la Hora Santa? Consiste en una hora de oración mental o vocal, la noche del jueves al vier­nes, en unión con Jesucristo nuestro Señor, triste hasta la muerte en su agonía del Huerto de los Olivos. 13. ¿Cuál es su origen? Esta piadosa práctica tiene su origen en las palabras dirigidas por el Corazón de Jesús a Santa Margarita María: «Para acompañarme en aquella mi humilde oración que ofrecí entonces a mi Padre en medio de tantas angustias, te levantarás de las once a las doce de la noche del jueves al viernes para postrarte una hora conmigo, rostro en tierra.»
14. ¿Cuáles son los fines de este piadoso ejercicio?
Son los siguientes:
1° Mitigar de algún modo la amargura que experimentó Jesús en su agonía por el abandono de sus Apóstoles.
2° Pedir misericordia por los pecadores.
3° Orar por los agonizantes y por los afligidos.
4° Movernos a un vivo dolor de nuestros pecados, causa de la angustia mortal de Cristo.
15. ¿Cómo debe practicarse la Hora Santa?
Puede practicarse en común o en privado, ante el Santísimo o en su propia habitación. En su esencia se reduce a compenetrarse de los sufrimientos del Corazón de Jesús en su agonía, en su Pasión, y de parte de los pecadores condoliéndose y dándole gracias. Las personas inexpertas en la oración mental pueden hacer el Vía crucis, rezar el Rosario con los misterios dolorosos, las Letanías del Sagrado Corazón o del Santo Nombre de Jesús, cinco Padrenuestros, Avemarías o Glorias a las cinco llagas, etc.

Capítulo XI : El culto al Sagrado Corazón (Continuación)

IV - PRIMER VIERNES Y GRAN PROMESA
1. ¿Qué día del mes se consagra especialmente a honrar al Corazón de Jesús?
El primer viernes de cada mes.


2. ¿En qué se funda esta práctica?
En los deseos manifestados por el Corazón de Jesús a Santa Margarita María y en los de S. S. León XIII.
3. ¿Cuáles son las palabras de Santa Margarita María?
«Se me apareció el Señor resplandeciente de gloria y me dijo: Atiende a mi voz y a lo que te pido. Comulgarás todos los primeros viernes de mes para reparar en cuanto pudieres los ultrajes que he recibido en el Santísimo Sacramento del Altar durante el mes.» Y en una carta añade: «Todos los viernes, pero especialmente el primero de cada mes, están consagrados a honrar al Corazón de Jesús.»
4. ¿Cuáles fueron las palabras del Vicario de Cristo?
El 21 de julio de 1899 escribía el cardenal Mazella, por encargo especial de S. S. León XIII, a todo el episcopado católico: «Ardentísimamente desea Su Santidad que se propague por todas partes la práctica altamente recomendable de hacer algunos ejercicios en honor del Sagrado Corazón el primer viernes de cada mes.»
5. ¿Cuáles son los ejercicios más indicados para este fin?
Los más indicados son: Oír la santa, Misa, visitar al Santísimo Sacramento del Altar, meditar sobre el Sagrado Corazón, rezar sus Letanías, y el acto de consagración según la fórmula compuesta por León XIII y ligeramente modificada por Pío XI. Pero el acto cumbre, pedido por el mismo Sagrado Corazón, es hacer la Comunión reparadora, objeto de una promesa magnífica, llamada la Gran Promesa.


6. ¿Cuál es esta promesa?
Es la duodécima, que brilla entre las restantes como el sol entre los astros, y cuyo texto es el siguiente: «Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que su amor todopoderoso concederá, a todos los que comulgaren nueve primeros viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final; no morirán en mi desgracia ni sin recibir sus Sacramentos, haciéndose mi Corazón su asilo seguro en el último momento.» (Octubre de 1689)


7. ¿Cuántas cosas se comprenden en esta promesa?
Se comprenden tres cosas:
1ª La penitencia final, o sea, no morir en desgracia de Dios.
2ª La de no morir sin Sacramentos.
3ª La de que el Sagrado Corazón le servirá de asilo seguro en aquella hora postrera.


8. ¿Es auténtica la Gran Promesa?
Sí, la Gran Promesa tiene todas las garantías de certeza histórica que desearse puedan; y así vemos que S. S. Benedicto XV la reproduce textualmente en la Bula de canonización de la Santa.


9. ¿Qué certeza nos da de nuestra eterna salvación?
No puede darnos una certeza absoluta e infalible de eterna salvación, ya que, según el Concilio de Trento, nadie la puede tener sin expresa revelación personal del mismo Dios; pero sí una certeza moral humana, suficiente para desechar vanos temores y andar con el corazón dilatado por el camino del cielo.


10. ¿No podría inducirnos al pecado de presunción?
El presuntuoso que, habiendo hecho esta Novena de Comuniones, tomara pie de la promesa para pecar a sus anchas, apartarse de los Sacramentos y descuidar su salvación, se excluiría él mismo del beneficio de la Gran Promesa. El Corazón de Jesús no quiso brindarnos con un estímulo de pecado sino con un poderoso auxilio para asegurar nuestra perseverancia practicando su santa ley. De Dios no se ríe nadie.


11. ¿Cómo ha de interpretarse, por lo tanto?
Ha de interpretarse diciendo que los que hayan cumplido fielmente todos los requisitos señalados recibirán una gracia poderosa para no pecar o una gracia omnipotente para salir fácilmente del pecado, logrando así su salvación por los medios auténticos: la fe, la observancia de los mandamientos y el estado de gracia.


12. ¿Qué sentimientos debe inspirarnos tan espléndida promesa?
Una confianza arraigadísima en la voluntad salvífica del divino Corazón, y un ardiente deseo de responder generosamente al amor de quien tanto nos ama para lograr la perseverancia final.


13. ¿Qué trascendencia tiene la perseverancia final? .
Es la gracia más importante y decisiva, pues de ella depende nuestra eterna salvación. Sin ella quedan sin fruto todas las demás.


De ahí se infiere el precio inestimable de la Gran Promesa, pues, rectamente interpretada, da a los que comulguen nueve primeros viernes de mes seguidos, con las condiciones requeridas, la certeza moral de obtener la perseverancia final.


14. ¿Cuál es la primera condición exigida por Cristo nuestro Señor?
Es que las nueve comuniones han de hacerse los primeros viernes de cada mes y que las nueve sean seguidas.
Sí la interrupción procediera de ocurrir el primer viernes en Viernes Santo, se proseguiría la Novena un mes más tarde. Y lo mismo si se interrumpiera por causa de enfermedad u otra imposibilidad; pero lo más seguro es volver a empezar la Novena.


15. ¿Cuál es la segunda?
La segunda consiste en comulgar en estado de gracia, con intención recta y en honra del Corazón de Jesús.


Capítulo XII: EL CULTO AL SAGRADO CORAZÓN (Continuación)

V - FIESTA DEL SAGRADO CORAZÓN
1. ¿Cuándo y cómo pidió el Corazón de Jesús la institución de esta fiesta?
En la célebre aparición de junio del año 1675, durante la Octava del Corpus; estando Santa Margarita María orando ante el Santísimo expuesto, díjole el Señor: «Te pido que el primer viernes después de la Octava del Corpus se dedique a una fiesta especial en honra de mi Sagrado Corazón, comulgando ese día y reparando su honor con un acto de público desagravio.»
2. ¿Cómo conviene disponerse a la celebración de dicha fiesta?
Conviene disponerse a celebrar dignamente la Fiesta del Sagrado Corazón con una piadosa Novena, cuyos actos principales serán:
a) Asistencia diaria al Santo Sacrificio de la Misa, en espíritu de reparación.
b) Por la tarde: plática, lectura o meditación acerca del Corazón de Jesús, con el rezo de sus Letanías,
c) Ofrecimiento de algunos sacrificios para consolar al Amor ultrajado.

3. ¿Cómo celebran esta fiesta los verdaderos amantes del divino Corazón?
Con toda la solemnidad posible y con el fervor más acendrado: «Digno es el Cordero, que fue inmolado, de recibir poder, y riqueza, y sabiduría, y fortaleza, y honor.»
4. ¿Cuáles son las prácticas señaladas por el mismo Jesucristo a Santa Margarita María?
Son dos principales:
Primero, la Comunión reparadora, que consuela al Corazón de Jesús y aplaca la justicia de su eterno Padre.
Segundo, el acto de desagravio, por el que reconocemos nuestros pecados, prometemos enmienda y ofrecemos algunos sacrificios en su reparación.
5. ¿Qué gracias prometió el divino Corazón a los que celebrasen piadosamente su fiesta?
«Te prometo, dijo a la Santa, que se dilatará mi Corazón para derramar copiosamente los influjos de su divino amor sobre los que le rindan ese culto y procuren que le sea tributado.»

VI - VISITAS AL SANTÍSIMO SACRAMENTO
6. ¿Qué motivos nos impulsan a visitar frecuentemente a Jesús en el Sacramento del Amor?
1° El pensar que en el Santísimo Sacramento se encierra el divino Corazón, íntimamente unido a la persona de Jesucristo, lleno de vida, palpitando de amor y ardiendo en deseos de hallar almas que purificar y enriquecer con las aguas vivas que brotan de su pecho abierto como de manantial perenne.
No parece sino que, desde el interior del Sagrario, nos clama como antiguamente a la muchedumbre de judíos llegados a Jerusalén para celebrar la Pascua: « ¡Si alguno tiene sed, venga a mí y beba!»
2° Porque de ordinario, escoge Jesús el tiempo de las visitas que le hacen las almas fieles para prevenirlas con sus gracias de predilección y hacerlas objeto de sus más regalados favores. Nos lo dice muy elocuentemente el ejemplo de Santa Margarita María.
3° Porque es uno de los modos más eficaces de acrecentar en nosotros e1 divino amor: así como la ausencia engendra el olvido, las frecuentes visitas mantienen vivas las sagradas llamas de la caridad.
7. ¿Con qué frecuencia hemos de visitar a Jesús Sacramentado?
Las personas sinceramente piadosas le visitan por lo menos una vez al día y, además, siempre que pasan delante de alguna iglesia.

8. ¿Existe alguna norma fija para hacer dichas visitas?
No; la visita al Santísimo puede adoptar las más diversas modalidades.
Unos prefieren las oraciones vocales, y satisfacen su devoción rezando la estación a Jesús Sacramentado o parte del Oficio del Santísimo Sacramento u otras fórmulas de oración.
Otros las convierten en íntimos coloquios con Jesús-Hostia, prestando oído a los dulcísimos acentos de su voz, exponiéndole sus anhelos, sus cuitas, sus necesidades; recomendándole la santificación o conversión de determinadas almas, y uniéndose a las adoraciones, alabanzas, e impetraciones que continuamente ofrece a su eterno Padre.
En fin, no faltan almas privilegiadas que imponen silencio a sus sentidos y potencias, y, postradas a los pies del Sagrario, se contentan con cruzar sus humildes miradas con las del divino prisionero del Sagrario.
VII - MES DE JUNIO
9. ¿Cuándo fue aprobado, por vez primera, el piadoso Ejercicio del mes de junio?
El piadoso Ejercicio del mes de junio fue aprobado y bendecido, por vez primera, por el arzobispo de París, monseñor de Quelerí, en 1833.
10. ¿Qué carácter ha de tener el mes de junio, según tos deseos de Su Santidad el papa Pío X?
Su Santidad el papa Pío X quiso que el mes de junio tuviese el carácter de mes misión, predicándose en sus ejercicios las verdades eternas: así había de convertirse en instrumento poderoso para restaurar todas las cosas en Cristo.


11. ¿Cómo suele practicarse el mes de junio?
Aunque no hay para ello norma fija, podemos indicar como más generalmente admitidas las siguientes prácticas:
a) Se adorna el altar del Sagrado Co­razón con un esmero parecido al que se usa en el mes de mayo con el altar de la Virgen.
b) Da principio el acto con algún canto apropiado o la Letanía del Sagrado Corazón.
c) Sigue luego un momento de lectura o de plática.
d) Después, la consagración con unas invocaciones al Sagrado Corazón y a sus atributos.
e) Puede terminar con la Bendición del Santísimo.


Nota. Los devotos del Corazón de Jesús consideran cada día del mes de junio como si fuera fiesta del Rey del Amor.


12. ¿Qué privilegios especiales concedió Pió X para el día de la clausura del mes de junio?
Para aquellas iglesias en que se haya celebrado el mes de junio solemnemente, es a saber: con sacra predicación en todos sus días, o bien en forma de Ejercicios espirituales de ocho días, con dos sermones por lo menos al día, Pío X otorgó los siguientes privilegios:
1° Una indulgencia plenaria «toties quoties» (siempre que), visitando dicha iglesia, que pueden lucrar quienes hayan asistido a los sermones por lo menos diez días o a los Ejercicios espirituales en su integridad, siempre en las condiciones ordinarias de Confesión, Comunión y el rezo de seis Padrenuestros, Avemarías y Glorias a las intenciones del Sumo Pontífice.
2° Indulgencia de quinientos días a las personas que promuevan esta santa práctica, por cada buena obra que lleven a cabo con dicha intención.


VIII - APOSTOLADO DE LA ORACIÓN

a) Indicaciones generales
1. ¿Qué se entiende por Apostolado en general?
Se entiende por Apostolado en su sentido más general toda actividad humana desplegada en orden a la salvación de las almas.
Puede revestir las más variadas formas: oración, ejemplo, palabra, sufrimientos, limosnas, trabajos, etc.


2. ¿Y por Apostolado de la Oración?
Apostolado de la Oración es una Asociación cuyo fin es promover la devoción al Corazón de Jesús y los intereses de su reinado mediante la oración colectiva de sus asociados.

3. ¿Cuándo y cómo nació dicha Asociación?
La estableció por vez primera el Padre Gautrelet S. J. entre los estudiantes jesuitas del Colegio de Vals (Francia), reunidos allá de seis países diferentes.


4. ¿Qué alcance tenía el vocablo «oración» en la mente del P Gautrelet?
Más que una serie de palabras piadosas, el P. Gautrelet entendía por oración la, divinización de la vida entera por la unión con Cristo inmolándose en el altar y proponiéndose en todo las intenciones de su Sagrado Corazón.


5. ¿Cuál es la más noble ejecutoria del Apostolado de la Oración?
La constituyen, sin duda, las múltiples y entusiastas alabanzas que ha recibido de los Sumos Pontífices;

6. ¿Cuáles son las más notables?
- Pío IX le enriqueció con las primeras indulgencias, declarándole «obra necesaria».
- León XIII afirmó que era el gran medio para lograr que la sociedad volviera a Cristo.
- Pío XI declaró que constituía un verdadero ejército de almas orantes al servicio de Dios y de la Iglesia.
- Y de la pluma de Pío XII salieron elogios si cabe más definitivos en la carta que escribió con motivo del centenario del Apostolado.


7. Según dicha carta, ¿en qué estriba la eficacia del .Apostolado de la Oración?
1° En el extraordinario poder de la oración, especialmente si es colectiva. Recuérdense las solemnes promesas del Salvador.
2° En la unión de los asociados con el Corazón de Jesús, quien hace suyas sus oraciones, trabajos y sufrimientos.
3° En la intercesión del Inmaculado Corazón de María, por cuya mediación se hace el ofrecimiento de las acciones.
4° En la unidad del fin que se proponen todos los socios, que se concreta en la Intención general aprobada por el mismo Sumo Pontífice.
5° En su maravillosa adaptación a todos los estados y situaciones: el enfermo ofrecerá sus sufrimientos; el obrero, sus faenas, etc.
6° En la profunda transformación que obra en la vida espiritual de los socios, a quienes induce a practicar la más sólida piedad y a realizar el ideal de San Pablo: «Cristo es toda mi vida.»


8. ¿Qué se requiere para ser socio del Apostolado de la Oración?
Basta recibir y firmar la cédula de agregación y cumplir, por lo menos, lo que se exige a uno de los tres grados que la integran.


9. ¿Qué ventajas proporciona a sus miembros?
Además de poder ganar numerosas indulgencias plenarias y parciales, los socios del Apostolado tienen participación en las oraciones, trabajos y sufrimientos de todos los agregados, y su vida toda se convierte en un acto continuo de impetración y desagravio y de trabajo apostólico a todos accesible.


10. ¿En qué consiste fundamentalmente el Apostolado de la Oración?
El Apostolado de la Oración consiste fundamentalmente en el ofrecimiento diario de nuestras oraciones, obras y sufrimientos al Corazón de Jesús, en espíritu de reparación y en unión con las intenciones de Jesús inmolándose de continuo en el altar y. las especialmente recomendadas a los socios.


11. ¿Cuál es el momento más indicado para verificar este ofrecimiento?
El momento más indicado será al despertar o al empezar el ejercicio matutino del cristiano.


12. ¿Es provechoso renovarlo con la mayor frecuencia?
Sí, porque con ello se purifica la intención, se acrecienta la caridad y se hacen con mayor perfección las acciones así ofrecidas. Tal es el fin que persigue el Tesoro del Corazón de Jesús, verdadero atajo para el progreso espiritual.


13-. ¿Se exige el rezo de fórmula determinada para dicho ofrecimiento?
No hay fórmula alguna obligatoria; hasta puede hacerse dicho ofrecimiento de corazón. No obstante, existe una fórmula tradicional, muy propia para enfervorizar, y es la siguiente:


« ¡Oh divino Corazón de Jesús! Por medio del Corazón Inmaculado de María Santísima os ofrezco las oraciones, obras y padecimientos de este día, en reparación de nuestros pecados y por todas las intenciones por las cuales Vos os inmoláis continuamente en el Santísimo Sacramento del Altar. Os las ofrezco en especial por las intenciones del Apostolado de la Oración y por las señaladas por el Papa para este mes, y para ganar las indulgencias con que están enriquecidas.»

También sirve esta otra más corta y muy propia para renovar la intención: « ¡Todo por Vos, Sacratísimo Corazón de Jesús! »
== Capítulo XIII: DEL CULTO AL SAGRADO CORAZÓN (Conclusión)
IX - GUARDIA DE HONOR
14. ¿Qué fin se proponen los miembros de la Guardia de Honor?
Los miembros de la Guardia de Honor tienen por fin especial honrar y consolar al Corazón de Jesús, herido visiblemente por la lanza, e invisiblemente por el olvido, la frialdad y los pecados de los hombres.
15. ¿Cuál es el principal titulo de nobleza de los guardias de honor?
Estriba en que son los continuadores de aquella sublime Guardia de Honor que montaron en el Calvario María Santísima, San Juan y Santa María Magdalena cuando el soldado abrió con su lanza el costado de Jesús.
16. ¿A qué se comprometen los miembros de la Guardia de Honor?
Se comprometen a vivir una hora diaria en trato íntimo con Jesús. Esto no supone variación alguna en las obligaciones propias, ya que su práctica es compatible con todas las ocupaciones, incluso con los recreos. Puede hacerse en todo tiempo y lugar.

17. ¿Qué hora del día puede escogerse?
Cada cual puede escoger la que más le convenga.
18. ¿Qué debe hacerse durante la hora de guardia?
En primer lugar, trasladarse con el pensamiento ante el Sagrario, consagrando al Corazón de Jesús sus pensamientos, palabras, acciones y sufrimientos.
Luego conviene hacer siquiera un acto de amor a Jesús y ofrecerle algún sacrificio.
El que esté muy penetrado del espíritu de la Guardia de Honor no tendrá más que dar libre curso a su piedad para santificar esta hora. Está muy indicado un Padrenuestro, Avemaría y Gloria por el Sumo Pontífice.
19. ¿Qué ventajas se siguen de la fidelidad a la Guardia de Honor?
La primera es la de proporcionar al Corazón de Jesús un culto rendido de consuelo, reparación y amor.
La segunda es que su espíritu vivifica todas nuestras actividades, haciendo que el guardia de honor realice sensibles ascensiones en el camino de la perfección.
La tercera es la tranquilidad admirable que ha de producir, en el trance de la muerte, el dulce recuerdo de tantas horas pasadas en vida en la intimidad del que ha de ser nuestro Juez.
20. ¿Cuándo fue establecida la Guardia de Honor?
Fue establecida en 1863 y elevada por S. S. León XIII a la categoría de Archicofradía en 1878.


La Iglesia tiene concedidas a los miembros de dicha Archicofradía numerosas indulgencias plenarias y parciales, una de ellas plenaria en ha hora de la muerte, con tal de invocar, siquiera de corazón, el santo Nombre de Jesús. Para ello es preciso estar agregado a la Archicofradía y practicar fielmente la hora de guardia.
X - PROPAGACIÓN DE LA DEVOCIÓN AL CORAZÓN DE JESÚS
21. ¿Cuál es una de las pruebas más evidentes del amor al Corazón de Jesús?
Es el ardor y el celo en propagar su devoción. «Quien no tiene celo, tampoco tiene amor», dice San Agustín. De un corazón abrasado salen espontáneamente las llamas del celo.
22. ¿Qué deseos y qué promesas formuló a este propósito el Sagrado Corazón?
Dijo a la virgen de Paray: «Por esto te pido que trabajes para que todos honren mi Corazón celebrando su fiesta y tributándole todos los obsequios posibles.» «Las personas que propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón y jamás será borrado de él.»
23. Algunos medios conducentes a este fin.
Pueden señalarse entre los más importantes:
a) El ejemplo de una devoción sincera al Corazón de Jesús.
b) La oración, medio el más eficaz para que se extienda su reinado.
c) El apostolado de la palabra entre nuestros familiares, amigos, compañeros, etc.
d) La difusión de sus imágenes, que tanto contribuyeron a la rápida propagación de su culto.
e) La propaganda por medio de opúsculos, folletos, revistas y libros.
7) El apoyo económico a las obras de dicho apostolado.

XI - ALGUNAS OTRAS PRÁCTICAS EN HONOR DEL SAGRADO CORAZÓN
24. ¿No existen algunas otras prácticas en honor del Sagrado Corazón?
Sí existen otras varias, como las Novenas y Triduos, la Letanía del Sagrado Corazón, el Oficio parvo, el Rosario del Sagrado Corazón y los Nueve Oficios.
25. ¿En qué consisten las Novenas y Triduos en Honor del Sagrado Corazón?
Estas Novenas y Triduos consisten en practicar, durante el transcurso de nueve días o de tres, ciertos ejercicios particulares en honor del Corazón de Jesús.
Se aconsejan especialmente para alcanzar algún favor señalado o para disponernos a celebrar con más fervor la Fiesta del Sagrado Corazón.


26. ¿Cómo se ha de rezar el Rosario del Corazón de Jesús?
En la Cruz se puede rezar el Magníficat; en las cuentas gruesas, la invocación: «Jesús, manso y humilde de Corazón, haced mi corazón semejante al vuestro», y en las pequeñas, ]as jaculatorias indulgenciadas: «Dulce Corazón de Jesús, sed mi amor»; «Dulce Corazón de María, sed la salvación mía».

Capítulo XIV: LOS PAPAS DEL SIGLO XX Y LA DEVOCIÓN AL CORAZÓN DE JESÚS

1. León XIII y la devoción al Corazón de Jesús
No sólo elevó su fiesta a rito de primera clase sino que consagró el mundo al Sagrado Corazón. Como preparación a esta consagración escribió la encíclica Annum sacrum cifrando en esta devoción la esperanza de tiempos mejores par la humanidad y la Iglesia. “En el Corazón de Cristo se han de poner todas las esperanzas, a Él se ha de rogar y de Él hemos de esperar la salvación” (11). 2. Pío X y la devoción al Corazón de Jesús
Mandó recitar todos los años en la fiesta del Sagrado Corazón el acto de consagración de león XIII.
3. Benedicto XV y la devoción al Corazón de Jesús
Apoyó decididamente al P. Mateo Crawley apóstol de la consagración de las familias al Sagrado Corazón. En 1919 decía a los apóstoles de esta obra: “¿No constituye la consagración de las familias al Sagrado Corazón el medio más eficaz de extender el anhelado reinado social de Jesucristo? En 1920 canonizó a Santa Margarita María.


4. Pío XI y la devoción al Corazón de Jesús
Publicó la encíclica “Miserentissimus Redemptor” en la que define la espiritualidad del Corazón de Jesús como la “síntesis de todo el cristianismo y la norma de vida más perfecta porque es la que con más facilidad lleva a conocer íntimamente a Cristo”. En 1919 beatificó al P. Claudio de la Colombière.
5. Pío XII y la devoción al Corazón de Jesús
Al subir al pontificado escribió la encíclica Summi Pontificatus donde afirma: “de la devoción y arraigo del culto al Sagrado Corazón han brotado incalculables bienes para los cristianos”. En 1948, en carta al P. General de la Compañía de Jesús como Director General del Apostolado de la Oración, afirma: “la unión de los fieles entre sí y con Cristo se logra perfectamente por medio de la devoción al Corazón de Jesús”.
6. Pío XII y la encíclica “Haurietis Aguas”
A Pío XII se debe el documento más completo sobre esta devoción publicado en 1956, en el centenario de la extensión, por Pío IX, de la fiesta del Corazón de Jesús a toda la Iglesia. De la Haurietis Aquas son las frases que siguen: “Es absolutamente cierto que se trata del acto más excelente del cristianismo” (4), “es la mejor manera de practicar la religión cristiana” (62), por eso “los que estimen en poco este beneficio de Cristo a su Iglesia, ofenden a Dios” (62). “Su admirable desarrollo se debe a que está totalmente de acuerdo con la esencia del cristianismo que es religión de amor” (52).
7. Juan XXIII y la devoción al Corazón de Jesús
En la primera audiencia general, comenzado el concilio, citó una frase de Santa Margarita que, desde niño, le impresionó: “¡Qué delicia morir después de haber tenido una constante devoción al Corazón Sagrado de aquel que ha de juzgarnos!”
En frases de su diario habla del Corazón de Jesús: “Esta devoción deberá ser siempre el elemento más eficaz de mi progreso espiritual….Debo considerar que vivo tan sólo para el Sagrado Corazón”
8. Pablo VI y la devoción al Corazón de Jesús
Es particularmente importante su carta apostólica Investigabiles divitias en el segundo centenario de la aprobación de este culto por Clemente XIII, donde recomienda “que los fieles todos, con renovado fervor, rindan el debido honor al Sagrado Corazón, reparen con ardientes obsequios todos los pecados y acomoden toda su vida a la auténtica caridad, que es la plenitud de la ley…”
9. El Vaticano II y la devoción al Corazón de Jesús
Algunos se extrañan que el Concilio Vaticano II no mencionase esta devoción. No era su finalidad. Tampoco la mencionó el Vaticano I a pesar de que casi la mitad de los Padres le pidió a Pío IX que consagrase el mundo al Sagrado Corazón.
No obstante, no faltan las menciones explícitas al Sagrado Corazón, como la de la Gaudium et Spes en que nos dice que “el Hijo de Dios nos amó con Corazón de hombre” (22).
Pero la pública profesión de fe del Vaticano II se expresó al comienzo de la segunda sesión, ya bajo Pablo VI, el primer viernes de octubre de 1963, cuando toda la asamblea celebró la misa votiva del Sagrado Corazón.
10. Juan Pablo II y la devoción al Corazón de Jesús
Aunque no dedicó ninguna encíclica o carta apostólica a este tema, son numerosas las citas que ha hecho del Sagrado Corazón y su culto. Escogemos algunas:

“Sólo en el Corazón divino nuestra expiación se reviste del poder de alcanzar el perdón y de llegar a la reparación” (Carta al obispo de Leiría, 16.IV.83).
A los sacerdotes: “Nuestro sacerdocio nació en el Corazón de Jesús durante la Última Cena” (Carta Jueves Santo 1985).
En 1985-86 dedicó una serie de Ángelus a comentar sistemática y fervorosamente las letanías del Sagrado Corazón.

Pero es en su encíclica “Rico en Misericordia”, capítulo VII donde expresa la importancia de esta devoción: “De manera especial la iglesia profesa y venera la misericordia de Dios acercándose al Corazón de Cristo cuyo misterio nos revela el amor misericordioso del Padre”.

11. Juan Pablo II en la celebración del centenario de la consagración del género humano al Sagrado Corazón. (Celebración en Varsovia, 11 de junio de 1999):

“(a) “Con la encíclica Annum Sacrum, el Papa León XIII confirmó cuanto habían hecho sus predecesores para conservar religiosamente y dar mayor relieve al culto y a la espiritualidad del Sagrado Corazón...”


(c) “También yo he invitado muchas veces a mis hermanos en el episcopado, a los religiosos y a los fieles a cultivar en su vida las formas más genuinas del culto al Corazón de Cristo…Con ocasión de la solemnidad del Sagrado Corazón y del mes de junio, he exhortado a menudo a los fieles a perseverar en la práctica de este culto, que en nuestros días cobra una actualidad extraordinaria, porque precisamente del Corazón del Hijo de Dios, muerto en la cruz, ha brotado la fuente perenne de la vida que da esperanza a todo hombre. Del Corazón de Cristo nace la nueva humanidad, redimida del pecado”. “El hombre del año 2000 tiene necesidad del Corazón de Cristo para conocer a Dios y para conocerse a sí mismo; tiene necesidad de él para construir la civilización del amor”
12. Juan Pablo II y la fiesta de la Divina Misericordia
Notable ha sido el impulso dado por Juan Pablo II a la devoción a la Divina Misericordia revelada al mundo por el Sagrado Corazón a través de Sor Faustina Kowalska que fue beatificada en 1993 y canonizada en 2000. En ese mismo año se dispuso la denominación de Segundo Domingo de Pascua “o de la Divina Misericordia”. En 2002 se publicó la Carta Apostólica “Misericordia Dei” de Juan Pablo II y el mismo Papa bendijo la Basílica de la Divina Misericordia de Cracovia-Lagiewniki (Polonia).
13. Benedicto XVI y el Corazón de Jesús
El domingo 5 de junio del 2005, durante su intervención en el Ángelus Dominical, se expresó así:
“…la solemnidad del Sacratísimo Corazón de Jesús, devoción profundamente arraigada en el pueblo cristiano. En el lenguaje bíblico, el «corazón» indica el centro de la persona, la sede de sus sentimientos y de sus intenciones. En el corazón del Redentor adoramos al amor de Dios por la humanidad, su voluntad de salvación universal, su infinita misericordia. El culto al Sagrado Corazón de Cristo significa, por tanto, adorar a ese Corazón que, después de habernos amado hasta el final, fue traspasado por una lanza y, desde lo alto de la Cruz, derramó sangre y agua, manantial inagotable de vida nueva.”
14. La primera encíclica de Benedicto XVI y el Sagrado Corazón
Varias son los números en los que el Papa habla del “Corazón traspasado” en su primera encíclica “Deus caritas est” publicada el 25 de enero de 2006. Veámoslas:

(Nº 7) “Quien quiere dar amor, debe a su vez recibirlo como don. Es cierto - como nos dice el Señor- que el hombre puede convertirse en fuente de la que manan ríos de agua viva (cf. Jn 7, 37-38). No obstante, para llegar a ser una fuente así, él mismo ha de beber siempre de nuevo de la primera y originaria fuente que es Jesucristo, de cuyo corazón traspasado brota el amor de Dios (cf. Jn 19, 34).
(Nº 12) Poner la mirada en el costado traspasado de Cristo, del que habla Juan (cf. 19, 37), ayuda a comprender lo que ha sido el punto de partida de esta Carta encíclica: «Dios es amor» (1 Jn 4, 8). Es allí, en la cruz, donde puede contemplarse esta verdad. Y a partir de allí se debe definir ahora qué es el amor. Y, desde esa mirada, el cristiano encuentra la orientación de su vivir y de su amar.
(Nº 17) Dios se ha hecho visible: en Jesús podemos ver al Padre (cf. Jn 14, 9). De hecho, Dios es visible de muchas maneras. En la historia de amor que nos narra la Biblia, Él sale a nuestro encuentro, trata de atraernos, llegando hasta la Última Cena, hasta el Corazón traspasado en la cruz, hasta las apariciones del Resucitado y las grandes obras mediante las que Él, por la acción de los Apóstoles, ha guiado el caminar de la Iglesia naciente.
(Nº 19) El Espíritu es esa potencia interior que armoniza su corazón con el corazón de Cristo y los mueve a amar a los hermanos como Él los ha amado, cuando se ha puesto a lavar los pies de sus discípulos (cf. Jn 13, 1-13) y, sobre todo, cuando ha entregado su vida por todos (cf. Jn 13, 1; 15, 13).

(Nº 39) La fe, que hace tomar conciencia del amor de Dios revelado en el corazón traspasado de Jesús en la cruz, suscita a su vez el amor.


15.- La mención del Corazón de Jesús en la "Spe salvi"
La encíclica habla del «el encuentro con el Dios que nos ha mostrado su rostro en Cristo, y que ha abierto su Corazón, » (4)
Su mirada, el toque de su corazón, nos cura a través de una transformación, ciertamente dolorosa, « como a través del fuego ». (47)

Capítulo XV : CULTO DOMÉSTICO, SOCIAL Y NACIONAL AL CORAZÓN DE JESÚS

I - CULTO DOMÉSTICO
1. ¿Qué se entiende por culto doméstico al divino Corazón?
Culto doméstico es el que se rinde al Corazón de Jesús en el santuario de la familia, sociedad elemental fundada por Dios y reorganizada por Jesucristo al elevar el matrimonio a la dignidad de Sacramento.
2. ¿Qué trascendencia tiene el culto doméstico tributado al divino Corazón?
Nos lo advierte el mismo Benedicto XV: «Componiéndose la sociedad de familias, ¿qué cosa más oportuna y eficaz que la consagración de las familias al Corazón divino para establecer con rapidez y firmeza el reino de Jesucristo?» (Alocución del 22 de junio de 1919.)
3. ¿Cuáles son los elementos esenciales que integran el culto doméstico al Corazón de Jesús?
Pueden reducirse a tres:
a) Que el Corazón de Jesús sea reconocido como Dueño y Señor, a quien los miembros todos de la familia rindan homenaje, con promesa de fidelidad y amor.
b) Que la imagen del divino Corazón campee, amorosa y triunfante, en lugar preferente de la casa.
c) Que la vida entera del hogar se desenvuelva de conformidad con los preceptos y los deseos del Rey de amor.
4. ¿Cuál es la práctica de culto que realiza idealmente estos tres fines?
Es la práctica de la Entronización.
5. ¿Qué se entiende por Entronización?
Por Entronización se entiende una ceremonia que consiste en colocar una imagen del Sacratísimo Corazón en lugar preferente de la casa, reconociéndole como a Rey y Señor del hogar.
6. ¿Cuál es el origen de esta práctica?
Nació su idea con la promesa del Corazón de Jesús de que bendeciría las casas en las que se expusiera y venerara su imagen; la realizó por vez primera Santa Margarita María; el Apostolado de la Oración promovió en 1889 una gran campaña en pro de la consagración de las familias al Sagrado Corazón, pero, en su forma actual, su apóstol providencial e infatigable fue el P. Mateo Crawley, de la Congregación de los Sagrados Corazones.
7. Algunos datos de su propagación.
El P. Mateo concibió el proyecto del nuevo apostolado en Paray; consultó su idea con los cardenales Vives y Merry del Val y con Su Santidad el papa Pío X: todos la aprobaron y alentaron.

Inició sus trabajos en la República de Chile, y de allí se extendió la nueva devoción, cual reguero de pólvora, en toda la América latina. De América pasó a España y de aquí a toda Europa.
8. ¿Cómo se lleva a cabo la ceremonia de la Entronización?
A la hora y día señalados reúnense todos los miembros de la familia, presididas por un sacerdote revestido de alba y estola. Éste bendice la imagen del Corazón de Jesús según el ritual; el padre lee un acto de consagración de toda la familia al divino Corazón; se coloca la sagrada imagen en su sitio y se reza una nueva oración reconociéndole como Rey del hogar.
9. ¿Qué deberes se derivan para la familia cristiana de la Entronización del Corazón de Jesús en su hogar?
Podemos señalar los siguientes:
1° La presencia del Rey de amor ha de desterrar de tal familia todo cuanto se opone a su dulce imperio, como libros, revistas, periódicos, cuadros que ofendan la moral cristiana; son asimismo incompatibles con ella la blasfemia, las conversaciones y canciones obscenas o peligrosas, y toda violación de las leyes de Dios o de la Iglesia.
2° Esta imagen ha de ser el blanco preferido de las miradas de todos los que integran la familia, pues su contemplación les iluminará, les consolará y les fortalecerá.
3° Convendrá adornarla con algunas flores, con luces, y sobre todo realizar ante ella los actos de piedad propios de la familia, como los Ejercicios matutino y vespertino del cristiano, especialmente el santo Rosario.
10. ¿Conviene renovar esta consagración?
Sí; para que el fervor de la primera Entronización no se trueque en fría indiferencia, se aconseja la renovación anual de dicha ceremonia, bien sea en la Fiesta del Sagrado Corazón, o en el día aniversario de la Entronización, o en un día de especial regocijo para la familia.
11. ¿Cuáles serán los principales frutos de dicha Entronización?
Para cada familia en particular, el bien inestimable de la paz y unión perfecta entre todos sus miembros, según promesa del Corazón de Jesús.
Para la sociedad en general, la rápida extensión del dulce reino social del Corazón de Jesús, hasta que del uno al otro confín le den gloria y honor.
II - CULTO SOCIAL Y NACIONAL
12. ¿Se contenta Jesucristo con él culto privado y doméstico?
No; Jesucristo tiene un derecho imprescriptible a reinar sobre sociedades, pueblos y naciones, y quiere, por lo tanto, que se establezca el culto social y nacional.
13. ¿Cuándo manifestó sus deseos a Santa Margarita María?
En 1689, al intimarle que advirtiera a los príncipes, reyes y gobiernos que esperaba de cada nación un culto especial.
14. ¿Cuáles son los deseos concretos expresados por el Sagrado Corazón en lo que atañe al culto nacional?
Son los tres siguientes:
a) La erección de un templo nacional donde se rinda culto a su deífico Corazón.
b) Consagración solemne y oficial de la nación verificada por el Jefe del Estado.
c) Que la imagen del Corazón sagrado campee en la bandera nacional.
III - CULTO NACIONAL DE ESPAÑA AL CORAZÓN DE JESÚS
15. ¿Correspondió España al llamamiento divino?
Sí, puede afirmarse que España fue una de las naciones que con más entusiasmo abrazaron la devoción al Corazón de Jesús. Lo demuestran el celo de los primeros apóstoles de dicha devoción, PP. Cardaveraz y Bernardo de Hoyos; la rapidez con que se propagó la práctica de los primeros viernes y las de la consagración y entronización de las familias y el fervor de los monarcas en prestar decidido apoyo a los deseos, del divino Corazón.
16. ¿Cómo actuó Felipe V?
Felipe V solicitó con empeño del Sumo Pontífice la aprobación de una misa y oficio propios del Sagrado Corazón, y costeó con sus reales tesoros la publicación de un libro acerca de dicha devoción.
17. ¿Qué resultados logró la piedad de Fernando VII?
Fernando VII fundó en Madrid, vuelto de su cautiverio, la Cofradía del Sagrado Corazón, y tuvo la dicha dé que Pío VII, accediendo a sus instancias, extendiera la Fiesta del Sagrado Corazón a todos los dominios de España el 7 de diciembre de 1815. 18. La muestra insigne de la devoción al Corazón de Jesús en el reinado de Alfonso XIII.
El 29 de junio de 1911, con motivo del magno Congreso Eucarístico de Madrid, penetró la Sagrada Custodia en, el regio alcázar, y, expuesta en el salón del trono, el P. Postius leyó la consagración de España al Corazón de Jesús ante los soberanos, los obispos”, la nobleza. El 30 de mayo de 1919 el Rey, acompañado de su corte, consagró oficialmente su reino al Sagrado Corazón en el Cerro de los Ángeles, centro geográfico de España. La grandiosa ceremonia se desarrolló ante la familia real, el gobierno de Su Majestad, presidido por don Antonio Maura, el señor Nuncio, veintidós prelados y todo el elemento oficial.
El Rey leyó por sí mismo la fórmula de consagración.
Tal fue el acto estupendo, que Pío XI calificó de «gesto inmortal de verdadera y soberana caballerosidad, digno en todo de la historia y de la hidalguía del pueblo hidalgo por excelencia».
19. ¿Tiene España sus monumentos nacionales al Sagrado Corazón?
Sí, España cuenta con varios templos de carácter nacional dedicados al Sagrado Corazón de Jesús.
En el centro geográfico de España destaca por su majestuosidad el monumento del Cerro de los Ángeles, coronado con una estatua de nueve metros.
En el Tibidabo, maravillosa atalaya de Barcelona, se levanta unTemplo en honor del Corazón de Jesús, en cuya cima se alza una magnífica estatua de bronce de ocho metros de altura. Finalmente la conversión en el Templo Expiatorio de la Gran Promesa de la modesta iglesia en la que el Venerable Padre Bernardo de Hoyos oyera de labios del Salvador que había de reinar en España con más veneración que en otras partes.
También es digna de especial mención la colosal estatua de bronce dorado erigida en Bilbao sobre un monumento de cuarenta metros de altura, más aún que por sus proporciones por haber salido totalmente ilesa de las vicisitudes de los tiempos presentes.

Nota del Director

Se debe al celo apostólico de “Peregrinos de María” [1] la adaptación, anotación y concordancias del Catecismo del Sagrado Corazón, publicado por los Hermanos Corazonistas en Vitoria e impreso en su tercera edición en Barcelona en 1946 por Luis Gili, Librero-Editor. Refiriéndose a la segunda edición, El Mensajero del Corazón de Jesús de enero de1931 escribía lo siguiente: «Sirve muy bien para iniciar en la gran devoción. En diez capítulos se expone, compendiosa y exactamente, la naturaleza y la historia de esta devoción, el reinado del Sagrado Corazón, las promesas que nos hace, las prácticas y el culto que pide. Todo ello amenizado por lecturas históricas muy apropiadas. Frases tan elogiosas, salidas de la autorizadísima pluma del P. Sáenz de Tejada, nos han parecido el pórtico más adecuado para la nueva edición, reducida y renovada, de esta obra tan preciosa, que confiamos al formato digital de la Web del Corazón de Jesús del Tibidabo. Confiamos que continuará siendo un medio muy eficaz para la extensión del reinado del Corazón de Jesús en España y en los países de lengua hispánica.
Selección de las imágenes: José Gálvez Krüger
Fuente de las imágenes: [2]http://openlibrary.org/

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