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viernes, 7 de junio de 2013

Orden Cisterciense : Austeridad y oración

 


Austeridad y oración

Vista parcial del coro en el Monasterio Ntra. Sra. de los Ángeles
Estimados hermanas en Cristo Jesús: Seguimos compartiendo diferentes carismas de vida monástica que enriquecen y fortalecen el cuerpo místico de Cristo, nuestra Iglesia. Aquí los Monjes Cistercienses de la Estricta Observancia, más conocidos como Trapenses. El breve post pretende ser un estímulo para interesar al lector en este modo de vida, profundizando en los diferentes links y materiales. Un saludo invocando el Santo Nombre de Jesús.
El estilo de vida trapense es austero, sencillo y frugal con la alegría de quien encontró la “perla preciosa”.
La Jornada de los monjes es un delicado equilibrio entre los tres pilares que fundamentan la espiritualidad cisterciense: La Oración, El trabajo, La lectio Divina. 
Ello se refleja en el horario de un día en la vida de los monjes:
En toda la jornada, el monje trapense aspira a un ritmo equilibrado de oración en común, de trabajo productivo y de lectura personal y orante, todo imbuido de sencillez y de fe.
Este es el horario cotidiano:
  • 3.15 hs.:  Levantarse.
  • 3.30 hs.:  Oración comunitaria de la noche (Vigilias).
  • 4.20 hs.:  Lectio divina, oración personal, desayuno.
  • 6.30 hs.:  Oración del amanecer (Laudes) y misa.
  • 8.00 hs.:  Trabajo hasta mediodía.
  • 10.00 hs.:  Oración de la mañana (Tercia) en el lugar de trabajo.
  • 12.15 hs.:  Oración de mediodía (Sexta) en la iglesia.
  • 12.30 hs.:  Almuerzo, lavado de platos, siesta opcional.
  • 14.00 hs.:  Oración de la tarde (Nona) en la iglesia. trabajo.
  • 16.00 hs.:  Fin de trabajo, Estudio.
  • 17.45 hs.:  Oración del atardecer (Vísperas).
  • 18.30 hs.:  Cena, lavado de platos, lectio divina.
  • 19.35 hs.:  Oración antes de acostarse (Completas) en la iglesia.
  • 20.00 hs.:  Acostarse.
  • La misa dominical es a las 10.00 hs.
“Un monasterio encarna la vida de la Iglesia entera.”
La separación física del mundo y el clima de silencio y recogimiento ayudan a que el corazón del monje se transforme en tierra fértil donde germina y fructifica la Palabra de Dios. El resultado es una permanente memoria de Dios en el amor de Cristo, que va conduciendo al monje a un estado de oración continua… 
Links:
Libro recomendado:
La historia del Cister
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