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martes, 24 de julio de 2018

Martin Buber: existencialismo religioso

Martin Buber: existencialismo religioso

 



 Leo Baeck fue el primero en comenzar a desarmar el sistema idealista que Hermann Cohen había aplicado al judaísmo. En esta publicación nos dedicaremos a Martin o Mártin (como se pronuncia en alemán) Buber.
Buber es quien nos va a llevar aún mas lejos de ese sistema racional filosófico de Hermann Cohen. Claramente Buber sobrepasa y de algún modo le quita vigencia a la visión de Cohen que tanto había marcado la forma de entender el judaísmo durante finales del siglo XIX y principios del XX y de hecho establece finalmente una nueva tradición y una nueva forma de entender la tradición judía en la modernidad.
Tal vez la mejor manera de presentarles a Buber es contándoles historias y cuento ya que como Uds. verán, al intentar crear un momento existencialista, Buber como recurso nos cuenta cuentos e historias. Buber incluso recrea historias judías tradicionales e historias jasidicas pero claramente lo que esta haciendo es finalmente narrarnos la historia de su propia vida y de hecho gran parte de su obra termina siendo historias que describen su vida personal.

El eclipse del Cielo, el eclipse de Dios

Así que voy a comenzar contándoles dos historias de su propia vida que Buber mismo escribió para poder entender quién era y qué nos va a proponer. La primera historia esta relacionada con el modo en el cual Buber obtiene una especie de revelación al leer la famosa frase de Pascal el famoso matemático y filósofo francés del siglo XVII (http://es.wikipedia.org/wiki/Blaise_Pascal). Pascal escribió:
“Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Iacov. No de los filósofos ni los académicos…”.
Noten esa oposición. El Dios de los filósofos para Buber es claramente la filosofía de Hermann CohenEl Dios de Abraham, Isaac y Iacov se refiere a ese Dios auténtico, esa presencia viva y absoluta que Buber quiere capturar para el corazón y el alma del pueblo judío y como veremos para el no judío también. Buber utiliza esta frase de Pascal para explicar la etapa histórica que el mundo esta atravesando. Buber llama esta etapa “El eclipse del cielo, el eclipse de Dios”. De hecho este es el título de uno de sus libros.
Lo que Buber va a argumentar es que debido a esa idea Absoluta de filósofos como Hermann Cohen el Absoluto mismo esta muerto en el siglo XX. El Absoluto por supuesto en este contexto es Dios y su muerte se debe según Buber a los filósofos y sus sistemas intelectuales los cuales han hecho desaparecer el misterio en lo divino de Dios. Han hecho lo peor que podían hacer y eso es convertir a Dios en una idea. Según Buber, cuando Dios es una idea el sentido de la presencia de Dios ya no puede sentirse ni compartirse. Buber argumenta que Dios había dejado de ser una especie de “personalidad” a la cual podemos hablarle sino que la razón lo había convertido a Dios en una idea simplemente fantaseada por la mente humana. Y por lo tanto ese Dios de la inmediatez que se le presenta a Abraham, Isaac y Iacov ha desaparecido o mejor dicho el hombre lo ha hecho desaparecer. Así que esta primera historia, aún cuando es más una anécdota que una historia, esta basada en su reacción frente a esa frase de Pascal y ya nos ayuda a entender algo de la personalidad de Buber.

La presencia de Dios en las relaciones humanas

La segunda historia es más historia que la primera. Esta historia comienza cuando Buber es invitado a dar una serie de conferencias en Alemania y su audiencia son obreros alemanes. Buber va a hablarles acerca de la existencia de Dios y el significado de Dios en la vida de cada uno de nosotros. Luego de un profundo discurso teológico Buber se sienta para comenzar a escuchar preguntas y un obrero se pone de pie y le dice que toda su presentación ha sido muy interesante, le han encantando sus lindas palabras, pero que realmente no siente que Buber le haya hecho sentir la presencia de Dios en su vida. El obrero le dice que Dios no significa nada para él y por lo tanto se siente mal por no poder sentir nada de lo bonito que Buber ha hablado y explicado.
Lo que comienza siendo una interacción intelectual se convierte en una crisis existencial para Buber al tener que responder en forma adecuada a este obrero. Debido a que se siente atacado, lo que Buber intenta hacer al responder es avergonzar al obrero ganándole intelectualmente presentándole todos los argumentos teológicos que demuestran que hay un Dios en el mundo. Luego de la respuesta avasalladora de Buber el obrero se siente realmente pequeño y avergonzando frente a la impresionante retórica de la respuesta que recibe y finalmente vuelve a sentarse aceptando que no puede discutir porque no tiene argumentos necesarios por lo que asume que Buber debe tener razón.
Pero lo interesante de este episodio es que Buber no se siente satisfecho con lo que ha hecho debido a que el mismo a caído en la trampa de presentar al Dios de los filósofos que tanto critica en lugar del Dios de Abraham, Isaac y Iacov que el esta tratando de recuperar. Ese Dios de los patriarcas es el Dios que Buber llamará “Tú” (y esa palabra como ya verán es fundamental para comprender a Buber). En esta segunda historia Buber ha ganado el argumento pero no ha tocado el corazón ni el alma del obrero. Es decir que ha demostrado la idea de Dios pero no ha logrado hacer presente la presencia de Dios. Quizá lo que Buber debería haber hecho es abrazar al obrero y hacerlo caminar junto a él dialogando y creando así una relación personal, una amistad ya que para Buber al crear una relación personal entre dos seres humanos nace la amistad y entonces el Dios de Abraham, Isaac y Iacov se hace presente en una forma totalmente diferenteSe hace presente en la unión de dos almas semejantes frente a Dios.

Dios como un sujeto en lugar de un objeto

Aquello en que nos estamos enfocando con estas dos historias, la primera sobre Buber y su lectura de Pascal y la segunda narrando su experiencia con el obrero nos lleva hacia una nueva preocupación que es en efecto la preocupación central de la obra de Buber. Esta preocupación no la hemos encontrado en ninguno de los pensadores judíos del siglo XIX que mencionamos en nuestras publicaciones. Y esta preocupación podríamos definirla diciendo que el objetivo de Buber es: reubicar a Dios como un sujeto en lugar de un objeto.
Para lograr su objetivo de reubicar a Dios como un sujeto, como una presencia a la cual podemos “hablarle” del modo que hablamos con un amigo, un padre o un ser querido, Buber utiliza fuentes de todo tipo. Lo que finalmente desarrolla deja su impacto no solo el pensamiento judío de la modernidad sino en el pensamiento religioso general incluido el pensamiento cristiano.
Debo agregar que de todos los pensadores que hemos presentando en estas publicaciones Buber es seguramente el más famoso o conocido en el mundo de la teología y la filosofía mucho más que cualquiera de los demás pensadores que hemos estado analizando. Y por supuesto que esto nos obliga a preguntarnos ¿por qué es su impacto mayor que el de los demás pensadores incluso en el mundo cristiano más que en el mundo judío? Vamos a intentar responder el porqué de esto también en el desarrollo de esta publicación
La preocupación de Buber como dijimos es el “eclipse de Dios”. La perdida de lo Absoluto. Pero lo interesante para Buber es que la muerte de la “creencia en Dios” o el “eclipse de Dios” es debido a una condición que esta dada a su vez por el “eclipse del ser humano” o mejor dicho la “creencia en el ser humano”. Antes de recuperar a Dios uno debe recuperar ese sentido de alienación, esa falta de apertura y espontaneidad que caracteriza a las relaciones humanas.
El problema de perder a Dios en nuestras vidas comienza con nuestra poca habilidad para relacionarnos con otros seres humanos en el sentido mas profundo que esto implica. 
Vamos a explorar en profundidad lo que Buber esta intentando compartir con nosotros.

Las relaciones “Yo-Ello” y “Yo-Tú”

Para Buber los seres humanos conocen el mundo en forma insuficiente en la modernidad ya que lo conocen o lo están experimentando en una sola dimensión: la personal e individual. Pero para Buber existen básicamente dos tipos de relaciones que caracterizan la definición de que aquello que nos hace humanos y nuestra habilidad para relacionarnos con otros seres humanos.
  1. La primera relación Buber la llama el “Yo-Ello” y
  2. la segunda el la llama “Yo-Tú”.
  • La relación “Yo-Ello” es una relación hacia los objetos. Cuando uno utiliza la palabra “experiencia”, “análisis”, “utilizar”,etc. según Buber uno esta haciendo referencia a una relación entre uno mismo y un objeto. “Me siento en la silla”, “me apoyo sobre esa mesa”, “como esta comida”, “experimento este concierto”. Todas estas son relaciones “Yo-Ello”. A veces las relaciones del tipo “Yo-Ello” pueden extenderse hacia seres humanos: “utilizo esta persona para lograr mi negocio”, “salgo con esta mujer bella porque me hace a mí sentir importante” y por ende en estos casos estoy “utilizando” las personas como objetos para mi propia gratificación personal.
  • La relación “Yo-Tú” es por el contrario un medio para aproximarse evitando la manipulación del otro. Es definido como ese estado que se encuentra “entre medio de” que es realmente más humano que el “Yo-Ello”.
El problema de la relación “Yo-Tú” -de hecho “Yo-Tú” es el título del libro y tal vez uno de los libros más famosos de Buber -es si realmente puedo definir o dejar en claro que es esta relación a la que me estoy refiriendo. Y esto le sucede al propio Buber puesto que el libro titulado “Yo-Tú” que él escribe -si bien es hermoso- es a la vez un libro muy difícil de leer. El libro no tiene un comienzo o un final sino que esta lleno de meditaciones, reflexiones, experiencias y profundos pensamientos que entran y salen y el lector tiene que realmente descifrar qué es lo que esta tratando de decirle. Buber no nos da una un simple definición sobre lo que estas relaciones significan sino que su objetivo es captarlo o meterlo a uno mismo como lector en una relación “Yo-Tú” con el propio libro. Y este es el motivo por el cual el libro no se puede leer como un libro común y corriente desde el principio hasta el fin puesto que de hecho la grandeza de Buber esta en utilizar el libro mismo como un objeto con características humanas con el cuál uno puede establecer una relación diferente.

La relación “Maestro-Alumno”

Tal vez para iluminar aún más este concepto lo mejor sería hablar acerca de las experiencias humanas personales lo cual puede acercarnos hacia la definición que estamos buscando. Voy a darles dos ejemplos que son de hecho muy buberianos. Estos son ejemplos que tal vez el propio Buber hubiera utilizado en sus propios escritos.
El primer ejemplo lo vemos en la relación “Maestro-Alumno”. No es una casualidad que Buber se pasa mucho tiempo enseñando sobre la educación y lo que significa enseñar. Una relación que la mayoría de nosotros conocemos muy bien en todos los diferentes ámbitos es esta relación de “Maestro-Alumno” puesto que todos hemos tenido de formas diversas algún “Maestro” en nuestras vidas y por lo tanto hemos sido alumnos y sabemos lo que esa relación significa. Tomemos por ejemplo una Clase en la Universidad ¿Qué sucede en una clase Universitaria?
Los estudiantes están sentados en clase mirando al profesor esperando obtener una nota elevada cuando finaliza la cursada. Se ríen de los chistes del Profesor incluso cuando no son divertidos y esencialmente lo que hacen es seguir el “juego”. Los estudiantes saben muy bien qué es lo que deben hacer para triunfar y eso es hacerse notar y ser queridos por el Profesor. Deben hacer preguntas en clases y participar para impresionarlo de manera tal que éste pueda aprender sus nombres para luego recomendarlos para aplicaciones a otras Universidades o puestos de trabajo.
¿Y qué esta haciendo el Profesor mientras tanto? El profesor esta jugando el mismo juego. Juega el juego de la enseñanza utilizando el conocimiento que posee y tal vez disfruta estar parado ahí siendo escuchado y respetado mientras todos toman notas de las cosas que tiene para decir. Claramente el Profesor puede llegar a estar utilizado esta relación “Maestro-Alumno” para satisfacer su propio ego y el sentido de su propia importancia.
En este ejemplo tenemos una de las relaciones que puede definir la relación “Maestro-Alumno” que es claramente una relación del tipo “Yo-Ello” donde cada parte esta utilizando a la otra.
Pero para Buber ser un educador es mucho mas que satisfacer el propio ego. Educar tiene como objetivo establecer una relación humana. Lo importante es también pasar un tiempo con el estudiante fuera del aula y llegar a conocer a esa persona más allá de ese rol compartiendo experiencias de vida con esa persona a nivel ser humano y no solo como alumno o estudiante. Solo así dos personas pueden apreciar sus diferencias y similitudes humanas.

La relación “Yo-Amigos”

Otro ejemplo lo vemos en el tipo de relación que existe con los amigos. Los amigos son por supuesto algo muy querido y apreciado por todos nosotros. Pero ¿qué ocurre cuando uno esta mal y necesita llorarle a un amigo todos sus problemas? Un verdadero amigo nos diría “por supuesto charlemos, aquí estoy para lo que necesites”. Pero tal vez ese amigo tan querido esta también pensando en otras cosas o en sus propias problemas como para poner los nuestros como centro de su vida. Y uno llora y llora pero tal vez esa persona no crea una respuesta significativa para nosotros.
Por el contrario y de forma extraña muchas veces la relación emerge cuando uno esta sentado con una persona, ya sea un amigo querido, un hermano o incluso una novia o esposa y no hay ningún intercambio de palabras pero de algún modo algo esta siendo comunicado. Algo se siente de todas formas. Estos momentos son efímeros y no vienen todo el tiempo pero cuando vienen impactan profundamente en el modo en que vemos el mundo. Son momentos transformadores de interacción entre dos seres humanos. 
Cuando mi novia me dice que tire la basura, saque de la mesa, lave los platos o limpie el baño definitivamente no estoy teniendo una relación del tipo “Yo-Tú” con ella. Pero vivo apasionadamente con los momentos y las memorias de todas las veces que sí tengo una relación del tipo “Yo-Tú” con mi novia y tengo la esperanza que esos momentos vuelvan una y otra vez y se repitan en nuevas y variadas formas. Por lo tanto no solo funcionamos en la relación “Yo-Tú” sino que a veces funcionamos en la relación “Yo-Ello” también. Definitivamente vivir una vida plena requiere vivir en ambos tipos de relación en forma simultánea donde a veces estamos relacionándonos con un “Ello” y a veces con un “Tú”.
Ambos tipos de relación son necesarios para nuestra plenitud como seres humanos. Pero lo importante para Buber es transmitirnos que nunca experimentaremos una profunda sensación de ser-humanos si siempre nos estamos relacionando en la forma “Yo-Ello”.
Aquello que Buber intenta enseñarnos no es una relación mística, metafísica o “espiritual”. Uno no debería perder la personalidad de uno sino por el contrario reforzarla en estos dos tipos de relación posibles. No es la pérdida de la identidad en la relación sino es compartir en forma igualitaria la existencia humana.
Cuando uno aprende cómo relacionarse con otros seres humanos en estas dos formas de relación tanto “Yo-Ello” como “Yo-Tú” uno está listo para entrar realmente en una relación con Dios.
Si hemos comprendido estas relaciones a nivel seres humanos vamos ahora -guiados por Buber- a llevarlo a un nivel más alto: la relación seres humanos y Dios.

La relación “Yo-Tú Eterno (Dios)”

Para Buber cada “Tú” que aprendo a establecer en la relación “Yo-Tú” es un acercamiento hacia aquello que Buber llama “el Tú eterno” que es por supuesto la relación con Dios. Ese “Tú” con Dios se encuentra presente en cada “Tú” particular que voy estableciendo con otros humanos.  A medida que mas relaciones del tipo “Yo-Tú” voy estableciendo más me voy acercando a Dios.
En otras palabras cuando finalmente tengo esa relación “Yo-Tú” y abro mi corazón para compartir algo con otro ser humano ya siento la “presencia Divina”. Y al hacer esto en forma cada vez mas frecuente aprendo como relacionarme con el propio Dios. Para Buber Dios puede ser encontrado directamente como una “persona”. En lugar de hablar deDios uno debe aprender a hablar con Dios.
Cuando uno mas gente conoce y se hace amigo, esposo o padre uno aprende a amar cada vez más y justamente amando a otros comienzo a aprender cómo creer en el amor. Uno sabe que cuando uno ama no puede preguntarse qué tipo de relación hay ahí. Uno no puede reducir el amor y lo que siente a palabras. Las palabras no hacen mérito a ese sentimiento inexplicable que es el amor. Simplemente sucede y es real.
Para Buber esto mismo ocurre con Dios. Dios no es una idea para Buber (bbserven cuan alejados estamos ahora de Hermann Cohen)
Dios es ahora una presencia, Dios es como “una persona”, Dios “te abraza en los momentos difíciles”, Dios “habla contigo y te escucha”. Uno se relaciona con Dios porque Dios esta ahí afuera ¿cómo puede uno encontrar a Dios? experimentando la vida en forma plena. Comprometiéndose con la vida en forma plena uno va a encontrar a Dios ya que para Buber Dios es una presencia. Y si el amor es una buena analogía con la fe y la creencia tal vez podemos entender como esa creencia y fe son algo real y presente incluso cuando no podemos visualizarlo o reducirlo mentalmente a una idea. No podemos articularlo pero ahí está. Es en este sentido que hemos creado todo un nuevo vocabulario. Una nueva forma sobre cómo hablar de Dios y de la experiencia religiosa cuando entramos al mundo de Buber.
Es notable cuan alejado estamos ahora de Cohen comenzando con Baeck y sus ideas sobre la “conciencia religiosa”, “el misterio”, la “experiencia religiosa” y todas las definiciones que mencionamos en nuestra publicación anterior que ya no son más puramente intelectuales. Con Buber hemos dado ahora un paso aún más afuera de la racionalización de Hermann Cohen y de todo el pensamiento racional de la modernidad que comenzó con Mendelssohn, los integrantes de la Ciencia del Judaísmo es decir Wissenschaft des Judetums y luego siguió con Geiger, Hirsch, Frankel, Luzzato, etc.
Buber irrumpe en la historia de la moderniad declarando que fue un grave error haber llevado a las personas al nivel de la relación “Yo-Ello” con Dios y hemos llegado a un callejón sin salida si finalmente definimos que Dios solo puede ser definido como una idea. Nuevamente, para Buber Dios no es una idea. Dios es una presencia. Y para poder encontrar ese “Yo-Tú” con el eterno “Yo-Tú” tenemos que empezar a actuar y pensar diferente de lo que hemos pensado hasta ahora. Tenemos que entender la relación humana por un lado y la relación religiosa por otro lado. Solo así podremos superar aquello que Buber llama “el eclipse de Dios” y el eclipse de lo Absoluto.
Hasta ahora en todas nuestras publicaciones hemos hablando sobre el pensamiento judío moderno. Pero con Buber hasta aquí no he mencionado la palabra judío o judaísmo. Y la razón de todo esto es que lo que estamos viendo en esta publicación no es una particularidad judía para Buber sino que es una condición humana. En otras palabras Buber se mueve desde la condición universal humana hasta finalmente la judía. El primer aspecto de su filosofía (y esto responde la pregunta que hicimos al principio sobre por qué es Buber tan atractivo para el mundo no-judío) es porque de hecho habla sobre los seres humanos. Buber habla sobre una preocupación de carácter universal. Buber escribe sobre el siglo XX y la crisis de fe y trata de resolver la cuestión en una forma totalmente novedosa. Y esa forma es existencialista para que de alguna manera la gente puede encontrarse a si misma y responder quiénes son y qué son en relación con otros seres humanos y como se relacionan finalmente con aquello que hemos llamado lo Absoluto.

Buber como teólogo judío

Pero si nos detenemos en este punto, solo con el libro “Yo-Tú” y nos enfocamos en Buber como un teólogo universal no sería suficiente para nuestras publicaciones sobre el judaísmo en la modernidad.
Lo que vamos argumentar en lo que queda de esta publicación es que de hecho Buber es en esencia un filósofo judío y todo su trasfondo y su exégesis proviene de una condición específicamente judía. Esto implica que su contribución no es solo hacia el pensamiento universal de la humanidad sino especialmente hacia el judaísmo de la modernidad como un todo y de hecho ambos mundos ya caminan juntos de la mano de Buber.
Por lo tanto desde aquí hasta el final de la publicación quiero enfocarme en Buber como un pensador particularmente judío en la modernidad.
La esencia del judaísmo para Buber esta basada en la relación en forma de diálogo entre el pueblo judío y Dios. Este diálogo se encuentra definido en la Tora bajo la palabra brit en hebreo o pacto en español. La palabra “pacto” aquí hace referencia a ese pacto entre el pueblo judío y Dios. Para Buber ese pacto esta basando en el diálogo y es de hecho la forma mas elevada entre el “Tú eterno” (Dios) y esta vez no con un individuo particular sino con toda una comunidad de fieles.
En otras palabras lo que hace de la narrativa bíblica algo único es la descripción de una relación en forma de “pacto” sobre la relación “Yo-Tú” suprema entre toda una comunidad al pie del Monte Sinaí y Dios. La Biblia presenta el testimonio esa relación única. El encuentro de Dios en un estado de apertura para escuchar su voz, es una preocupación central en la narrativa bíblica.
Voy a darles dos ejemplos pequeños para que puedan apreciar esta idea.
Buber escribió muchos comentarios sobre diferentes comentarios bíblicos. Buber junto a su colega Frank Rosenzweig (de quien hablaremos en nuestra próxima publicación) tradujeron todo la Biblia al alemán en una forma moderna que permite captar en el texto la relación “Yo-Tú” entre los personajes bíblicos y Dios. Su traducción no es una traducción literal sino que trata de abrir el texto de forma tal que uno pueda oír a Dios hablando y entrando en relaciones “Yo-Tú” constantemente. Es una forma novedosa de posicionar a Dios dentro de la narrativa bíblica para no verlo como un objeto dentro del texto sino como un sujeto. Gracias a toda esta traducción lo que Buber intenta es demostrar que de hecho toda la Tora (al igual que el hará con su propio libro) esta tratando de establecer este tipo de diálogo entre el “Yo-Tú”.
Por ejemplo, la palabra hebrea teshuva significa arrepentimiento. Es una palabra que escuchamos una y otra vez durante Rosh Hashana y Yom Kippur donde el tema central es justamente el arrepentimiento. Pero esa no es la forma en que Buber traduce teshuva. La palabra teshuva literalmente deriva de lashuv que significa literalmente regresarTeshuva no es en realidad arrepentirse sino regresar. Lo que esto significa es que cuando una persona ha hecho cosas horribles de las cuales se quiere arrepentir y quiere transformar su vida necesita regresar porque se ha alejado de Dios y necesita regresar hacia Dios. Necesita enfrentarse con Dios y enfrentar la plenitud de la vida y darse cuenta no solo las ramificaciones de sus acciones sino aceptar que solo siendo abierto y espontáneo al cambio volverá a establecer una relación con Dios. Y por lo tanto aquí tenemos un nuevo significado para la palabra teshuva que no solo significa arrepentimiento.
Otro ejemplo de una traducción buberiana la encontramos cuando Moisés le pregunta Dios cuál es su nombre. Dios contesta lo que tradicionalmente se traduce del enigmático pasaje bíblico como “soy el que soy”. Pero cuando Buber traduce esa misma respuesta escribe “estaré ahí como allí estaré”. Si bien esto suena realmente confuso, lo que esta traducción de Buber quiere decirnos es que Dios no solo esta presente siempre sino que por sobre todo estará presente siempre que uno este dispuesto a comenzar una relación con él.
En otras palabras cuando uno salga al encuentro del diálogo con Dios, Dios estará ahí esperando para responder. Esta es una interpretación muy poderosa de este extraño y enigmático pasaje bíblico que abre las posibilidades de entender toda la Biblia como un texto que se abre hacia nosotros como la palabra de Dios siempre y cuando tengamos la predisposición de dialogar y comenzar esa relación con el texto. Si hacemos eso Dios “allí estará”, listo para entrar en relación con nosotros. Esto es un retorno a la mística del texto que Spinoza había desarmado.
De alguna manera Buber nos esta diciendo que la predisposición que tomemos antes de leer el texto nos devolverá una respuesta de acuerdo a dicha predisposición. Si vamos a acercarnos al texto con la asunción que Dios es una idea, un objeto y de hecho hacemos una exploración histórica y filológica obtendremos un tipo de respuesta. Pero si decidimos acercarnos al texto con la intención de entrar en diálogo con él como si fuera un diálogo en el que podremos encontrar a Dios la respuesta será diferente. Por supuesto que esto no es novedoso porque de hecho esto nos lleva de nuevo a Spinoza y lo que él nos ha legado: no existen lecturas objetivas. Solo existen lecturas humanas que son subjetivas. Y si tenemos el objetivo de dialogar con el texto Dios allí estará. Por supuesto que la pregunta que se nos impone es si una vez que tomamos conciencia de esto podremos alguna vez volver al texto en forma literal. Pero no vamos a responder eso en esta publicación.
Claramente el primer aspecto de la identidad judía de Buber que es importante de enfatizar esta basada en esa conexión en forma de diálogo con la Biblia como texto. Entender la Biblia y leerla en forma apropiada es entrar en una relación entre un texto judío como testimonio de un pueblo teniendo una experiencia reveladora y Dios.
No es que los judíos son los únicos que tienen la relación “Yo-Tú” con Dios pero Buber si esta argumentando que la experiencia histórica de los judíos ha creado más oportunidades y ha expandido más profundamente este concepto más que cualquier otra experiencia religiosa.
Recuerden que los pensadores liberales modernos como Geiger y Baeck polemizaban con el cristianismo y argumentaban que el judaísmo era superior porque tenía ciertos elementos que el cristianismo no tenía. Buber también tiene un libro llamado “Dos tipos de fe” en el cual escribe sobre las diferencias entre el judaísmo y el cristianismo. Pero la realidad es que el no era tan polémico como sus antecesores. Buber reconocía que en cualquier comunidad de fe la relación “Yo-Tú” con Dios podía estar presente. Para Buber no había ningún tipo de exclusividad en esa relación. Lo que si era algo único en la experiencia judía para Buber es que había algo más profundo o concentrado cuando uno leía el maravilloso texto que es la Tora y veía como se iban abriendo capas y capas de explicaciones cada vez más profundas.
Pero hay incluso otras formas de entrar al mundo judío de Buber.

Buber y el jasidismo

Y esta segunda forma de entrar al mundo judío es a través del jasidismo. No hemos mencionado en profundidad lo que es el jasidismo en el judaísmo moderno puesto que esta corriente se mantuvo de algún modo alejada del academicismo y estuvo localizada en Europa Oriental (Rumania, Rusia, Lituania, Polonia, Hungría, etc.). Como vimos la modernidad judía está mas anclada en Europa Occidental y en especial en Alemania mucho más que en Rusia.
Brevemente y para situarnos en el contexto, el jasidisimo es un movimiento de carácter místico que comienza a finales del siglo XVIII con las enseñanzas de un Rabino llamado Baal Shem Tov (literalmente “El Maestro del Buen Nombre”). Como dije, este movimiento particular había sido algo muy específico de esa cultura judía de Europa Oriental de la cual hablamos en nuestras publicaciones sobre el Sionismo que se encontraba más aislada de lo que pasaba en Europa Occidental. Vimos en nuestras publicaciones como los maskilim, los judíos “iluminados” o del “iluminismo” criticaban a esos judíos como des-actualizados y sin significado.
Pero con Buber tenemos un judío alemán intelectual y moderno que entra a una sinagoga de judíos jasidicos al Este de Alemania y de repente como si fuera una religión exótica descubre algo muy profundo descripto en su famosísimo ensayo “Mi camino hacia el jasidismo”. Ahí nos cuenta cómo al buscar religiosidad en los sistemas del idealismo alemán y el academicismo del Wissenschaft des Judentums (La Ciencia del Judaísmo, el estudio académico) se había alejado más y más de Dios y la religión. Todo esto era demasiado cerebral para él y le había quitado el poder y la intensidad de la vida judía. Entonces un buen día entra en una sinagoga de judíos jasidicos y descubre la alegría, las canciones y la interacción entre seres humanos completamente diferente al de los judíos Reformistas, Conservadores u Ortodoxos. Una comunidad jasidica se diferencia particularmente en la relación orgánica entre el rabino y su comunidad. La diferencia con los rabinos alemanes que Buber conocía (ya sean ortodoxos, conservadores o reformistas) era que el feligrés o creyente que iba a la sinagoga era alguien que estaba “intelectualmente por debajo” del rabino. La manera en que el rabino le enseñaba era ganándole a través de una argumentación racional teológica en la cual desplegaba su sabiduría. Todavía quedan resabios de este tipo de liderazgo en algunas comunidades pero son cada vez las menos. Ya quedan pocos Rabinos que piensan su rol basados en la relación “Yo-Ellos” (“Yo Rabino- Ellos miembros de la comunidad”). Pero por el contrario el rabino jasidico utiliza otra estrategia que consiste en elevar a su alumno al nivel del sabio para estimularlo a comprender más. Y es ahí entonces donde Buber descubre que el judaísmo jasidico se convierte en el modo en el que el puede retornar hacia una “auténtico” y significativo judaísmo.
Piensen como paradigma en la relación que existe entre dos seres humanos. Uno nunca se acercaría a una persona diciéndole “demuestra que me amas”. Uno no necesita eso porque uno siente eso. Esta ahí. Se hace presente siendo justamente lo que a uno lo mantiene unido.
Para Buber eso es aquello que el jasadico llama “hacer de lo mundano algo sagrado”. Haciendo sagrado lo secular. El jasidico siente esa unión en cada cosa que toca, come y hace. Cada cosa tiene un significado teológico. Para el jasidico Dios esta en cada detalle, desde el aroma del primer cafe de la mañana hasta en la almohada que nos recibe luego de un día de duro trabajo. Incluso en este tipo de comunidad jasidica era posible según Buber recuperar aquello que la intelectualización moderna había perdido. Recuperar aquello que los sistemas filosóficos habían transformado y destruido en la vitalidad del judaísmo. El jasadísmo por lo tanto para Buber es una forma de volver al Judaísmo.
Gracias a este encuentro Buber publica una serie de libros con historias jasidicas. Estas historias eran anécdotas que trataban de enseñarnos algo sobre la condición humana. Historias acerca de la relación que un Rabino debería tener con su comunidad, historias de la vida misma en comunidad. Y todas estas historias Buber las escribía en alemán para un lector alemán intentando devolverle según su opinión aquello que le daba vitalidad y sentido al judaísmo.
Buber por lo tanto se convirtió en un judío jasidico. Y vamos a lidiar con la cuestión de su relación con la Ley Judía (la Halajá) en nuestra próxima publicación pero de todos modos y lo importante que debemos retener de esta publicación y el judaísmo de Buber es que el estaba fascinado por el aspecto místico en esa relación que el creía la mas cercana en el judaísmo al “Yo-Tú”.
Posteriormente Gershom Sholem, el gran académico del misticismo que ya mencionamos en estas publicaciones, critico el análisis que Buber hace del jasidismo diciendo que no era históricamente correcto el modo en que lo había interpretado. Es decir que el jasidismo verdadero no esta fundamentado en crear la relación “Yo-Tú” que Buber creía sino que Buber había impuesto su teoría en el jasidismo. De todos modos la crítica de Sholem termina siendo irrelevante puesto que Buber era un teólogo y no un historiador. Pero lo que Buber estaba intentando hacer es utilizar ese pasado jasidico como medio para encontrar algo significativo para el presente de los judíos.

Buber y el Sionismo

Y finalmente quiero hablar de un aspecto más con respecto a la identidad judía de Buber que es fascinante y problemático al mismo tiempo. Al menos para ciertos pensadores contemporáneos a él. Y aquí me refiero a su relación con el Sionismo.
Ya mencionamos esto en la publicación sobre Hermann Cohen cuando hablamos de ese fantástico debate entre Hermann Cohen y Martin Buber. Vimos en esa publicación que Hermann Cohen justificaba la noción de la “era mesianica” y la “misión de Israel” argumentando que no era necesario que los judíos fueran a vivir a Israel sino que debían traer su visión sobre la moral y la ética social a todo lugar al que llegaban y utilizando la metáfora del rocío que impacta trayendo agua (que es vida) por sobre el terreno en el cual los humanos habitamos los judíos cumplen en forma perfecta esa misión.
Por el contrario para Buber la única forma en la cual la era mesianica iba a ser alcanzada era a través del Sionismo. Alrededor de los años 1930 Buber se muda a Israel donde finalmente se convierte en Profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalem. Y ahí se convierte en un profesor que esta claramente imbuido en el espíritu Sionista. Pero el Sionismo para Buber se refiere a algo único y muy especial. Buber define el Sionismo como hebraísmo humano. Haciendo revivir (y miren que consistente que es) la relación y el pacto en forma de dialogo entre Dios y la nación Judía. 
Buber estaba en contra y escribió al respecto de la visión limitada y egotista del nacionalismo judío. Se enfrento y puso en contra a David Ben Gurion y todos los Sionistas políticos argumentando que Israel debía ser mucho más que un Estado Judío. Para Buber Israel no podía ser, como Yacov Klaztkin había dicho lo que mencionamos en nuestra publicación sobre “3 Visiones sobre el Sionismo”, simplemente una “nación más” (http://www.judiosyjudaismo.com/2011/09/3-visiones-sionistas/). Sino que Israel debía ser un laboratorio en donde esa relación en forma de diálogo debía llevarse acabo entre judíos y judíos o incluso aún más difícil entre judíos y árabes. 
Para Buber el Kibbutz, ese maravilloso experimento del Socialismo Sionista, era el modelo del tipo de relaciones que podían suceder. El Sionismo surgió para traer redención y luz a todo el mundo demostrando como los judíos pueden llevar acabo la noción de la relación “Yo-Tú” conviviendo con árabes y palestinos.
Y es aquí y con estas declaraciones donde Buber se metió en problemas porque era un gran intelectual que favorecía un estado con doble nacionalidad en el cual árabes y judíos vivirían juntos en paz. Esta visión -por supuesto- lo hizo para un grupo de judíos, aunque no para todos, un personaje políticamente poco popular. Incluso visto en la situación en la que Israel está hoy y sin entrar en política en estas publicaciones, claramente las ideas de Buber necesitan volver a ser leídas.
Por lo tanto el Sionismo y jasidismo de Buber junto con su exégesis bíblica nos sugiere un compromiso muy grande por parte de este pensador con la comunidad judía y lo hace claramente uno de los más grandes pensadores judíos en la modernidad.
Lo que uno puede argumentar es si acaso la relación “Yo-Tú” incluye esa famosa categoría de mitzvot, es decir preceptos o mandamientos irracionales como comer kasher, ponerse tefilin, comer matza, etc. No encontramos un énfasis en ese aspecto por parte de Buber y por lo tanto nos queda preguntarnos ¿cómo entiende y se relaciona Buber con las practicas tradicionales judías? Responder esto en Buber es difícil e incluso complejo de definir ya que en Buber estos temas no son tan centrales. Pero la realidad es que esto no es central pero no están importante como para minimizar la importancia del judaísmo en su vida.
(http://www.judiosyjudaismo.com) 

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